Reportaje:

Nidos entre escombros

Los residuos se acumulan en el entorno de Las Lagunas de Torrevieja y amenazan el anidamiento de aves protegidas

Toneladas de escombros se acumulan junto al parque natural de Las Lagunas de Torrevieja y amenazan el anidamiento de aves en peligro de extinción en una de las zonas húmedas de mayor importancia internacional por la variedad de especies que ponen sus huevos en el paraje. El parque natural de Las Lagunas de La Mata y Torrevieja, protegido por el convenio de Ramsar desde 1971 y declarado zona de especial protección para las aves, sufre desde hace años un acoso urbanístico voraz que amenaza su flora y su fauna.

Ahora, las numerosas especies protegidas que alberga, muchas de ellas en pelig...

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Toneladas de escombros se acumulan junto al parque natural de Las Lagunas de Torrevieja y amenazan el anidamiento de aves en peligro de extinción en una de las zonas húmedas de mayor importancia internacional por la variedad de especies que ponen sus huevos en el paraje. El parque natural de Las Lagunas de La Mata y Torrevieja, protegido por el convenio de Ramsar desde 1971 y declarado zona de especial protección para las aves, sufre desde hace años un acoso urbanístico voraz que amenaza su flora y su fauna.

Ahora, las numerosas especies protegidas que alberga, muchas de ellas en peligro de extinción, deben convivir también con los escombros. Toneladas de plásticos, maderas y restos de obras se acumulan junto al humedal, con los consecuentes perjuicios que esta situación entraña para el ecosistema natural. El peligro más palpable y evidente es la degradación del entorno y de la propia imagen del parque, cuyas especies deben habituarse a subsistir junto a un estercolero común. "En las inmediaciones del parque existen zonas donde anidan las aves que migran cada año hasta aquí y al estar ocupadas por un vertedero de esta naturaleza se eliminan las posibilidades de procreación y asentamiento de muchas especies protegidas", explica Manuel Dolón, miembro de Izquierda Verde.

La relevancia del parque estriba, precisamente, en la singular naturaleza de su fauna. Aves como el zarpullín chico, el cuellinegro, las garzas o los flamencos y rapaces diurnas como el aguilucho lagunero, el águila pescadora, el ratonero común o el cernícalo vulgar habitan periódicamente, conforme a sus ciclos migratorios, en este saladar del que también se nutre la principal explotación salinera de la comarca de la Vega Baja.

La agresión medioambiental que supone la permanencia de una escombrera ilegal que linda con el límite del parque ha llevado a algunos partidos políticos a denunciar esta situación ante la Consejería de Medio Ambiente. El suelo donde se encuentra el vertedero incontrolado está catalogado, además, como no urbanizable dentro del Plan General de Ordenación Urbana, pero, según Izquierda Verde, esta prohibición expresa para construir no ha sido impedimento para que se instalara hace tres años una planta de tratamiento de escombros "de la que con toda seguridad provienen los residuos que se depositan junto al parque natural", agrega Manuel Dolón. La infracción ya fue sancionada por el alcalde, Pedro Ángel Hernández Mateo, con la apertura de un expediente disciplinario. Sin embargo, la mercantil no ha cesado su actividad y el ayuntamiento tampoco ha clausurado su instalación. "Una permisividad manifiesta por parte del alcalde", dice Dolón, "que resulta gravemente contraproducente para la estabilidad y la conservación del parque natural".

Los desechos se extienden por una zona de difícil acceso, resguardada por el cementerio municipal, la estación depuradora y la empresa salinera, y según Izquierda Verde esta ubicación permite aislar el vertedero. "La nueva valla de cerramiento instalada por la Consejería de Medio Ambiente sirve para aislar totalmente la visión y el acceso al molino de escombros y restos de materiales de obra que hay en este entorno", explica Manuel Dolón, quien no obstante añade con rotundidad: "La Consejería de Medio Ambiente está dejando pasar demasiadas agresiones en el parque natural de Torrevieja, implicándose mucho en el proceso urbanizador que se viene ejecutando en su entorno y demasiado poco en su defensa y conservación".

Para muchos, sin embargo, la mayor contradicción es la tibieza de Pedro Ángel Hernández Mateo para erradicar un vertedero que atenta contra la conservación del parque natural. El alcalde es, al fin y al cabo, quien preside la junta rectora de Las Lagunas y éste es el organismo encargado del uso y el mantenimiento de un parque sometido a una presión urbanística creciente, producto del afán de los promotores por construir en el área contigua a los límites de protección.

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