España prepara planes de evacuación en Bagdad
Después de dos semanas de ausencia, el encargado de negocios español en Irak, Eduardo Quesada, regresó ayer a Bagdad. El diplomático declinó especular sobre cuánto tiempo va a quedarse en la capital iraquí. "Espero instrucciones de Madrid", dijo a este diario. En cualquier caso, entre sus objetivos se encuentra organizar un plan de evacuación para los españoles que se hallan en la capital iraquí.
"La colonia de residentes es pequeña, una decena de personas todo lo más, pero tenemos otros dos grupos significativos: los periodistas y los miembros de grupos pacifistas que están viniendo es...
Después de dos semanas de ausencia, el encargado de negocios español en Irak, Eduardo Quesada, regresó ayer a Bagdad. El diplomático declinó especular sobre cuánto tiempo va a quedarse en la capital iraquí. "Espero instrucciones de Madrid", dijo a este diario. En cualquier caso, entre sus objetivos se encuentra organizar un plan de evacuación para los españoles que se hallan en la capital iraquí.
"La colonia de residentes es pequeña, una decena de personas todo lo más, pero tenemos otros dos grupos significativos: los periodistas y los miembros de grupos pacifistas que están viniendo estos días a Bagdad", explicó Quesada. En total hay una quincena de informadores y un número similar, aunque variable, de activistas por la paz. "Pretendo organizar una retirada organizada para aquellas personas que, en un momento determinado, sientan que es más seguro irse", añadió.
El diplomático subrayó que esta decisión no prejuzga nada. "Se trata de estar preparados por si sucede lo peor", señaló, antes de añadir su deseo personal de que se halle una solución. De todas maneras, admitió que su regreso tenía carácter temporal. "Debo ocuparme de algunos flecos consulares pendientes", manifestó sin entrar en más detalles.
El representante español realizó el viaje por carretera al encontrarse lleno el vuelo que une la capital iraquí con Ammán. En total, 13 horas debido a la larga espera que le supusieron los trámites aduaneros. Aun así, no percibió ningún gesto de hostilidad hacia su persona en tanto que representante de un país que se ha alineado con las tesis de EE UU en esta crisis.
"Al contrario, los aduaneros me recibieron con la misma sonrisa y colaboración de siempre; si tardamos más de lo habitual, fue seguramente debido a la torpeza de nuestro intérprete y a la burocracia de los trámites fronterizos", explicó.
Quesada sustituyó el pasado noviembre al diplomático Fernando Valderrama, quien planteó una objeción de conciencia a la política del Gobierno de Aznar respecto a Irak. El 27 de enero fue "llamado a conversaciones" por la ministra de Exteriores, Ana Palacio, con el objetivo oficial de "fijar la posición española" en la crisis. Desde el ministerio siempre se dijo que el diplomático iba a regresar a su puesto, pero el hecho de que el resto del personal español también se hallara fuera de Bagdad desató todo tipo de especulaciones.
Ahora el diplomático ha viajado acompañado del oficial de comunicaciones, José Luis Díaz, que se encontraba en Ammán. "Le invité a venir conmigo, pero dejamos muy claro que era una decisión personal y que en ningún caso tenía la obligación de acompañarme", precisó Quesada.