La Cámara de Comercio reclama a las administraciones que inviertan 70.000 millones en los próximos 10 años

La Cámara exige que la inversión se mantenga en el 3,5% del PIB

La economía catalana necesita una inversión de 70.000 millones de euros en los próximos 10 años para que las empresas no pierdan competitividad respecto a las de otras regiones europeas. Y las infraestructuras vinculadas al transporte (tren, carretera, puertos y aeropuertos) deben llevarse el 60% de esa cifra. Éstas son las conclusiones de la Cámara de Comercio de Barcelona, hechas públicas ayer por su presidente, Miquel Valls. Un estudio de la entidad señala que este año, por segunda vez consecutiva, las inversiones de la Administración central superan las previstas por el Gobierno catalán....

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La economía catalana necesita una inversión de 70.000 millones de euros en los próximos 10 años para que las empresas no pierdan competitividad respecto a las de otras regiones europeas. Y las infraestructuras vinculadas al transporte (tren, carretera, puertos y aeropuertos) deben llevarse el 60% de esa cifra. Éstas son las conclusiones de la Cámara de Comercio de Barcelona, hechas públicas ayer por su presidente, Miquel Valls. Un estudio de la entidad señala que este año, por segunda vez consecutiva, las inversiones de la Administración central superan las previstas por el Gobierno catalán.

El estudio de la cámara parte de que Cataluña tiene un déficit de infraestructuras del 10% respecto a la media española. No obstante, en los últimos años se ha producido un notable incremento de las inversiones, en especial de las procedentes del Gobierno central, que ya el año pasado superaron las previsiones inversoras del Gobierno catalán y este año han vuelven a hacerlo. Valls cree que las inversiones en Cataluña deben proceder al 50% del Ejecutivo central y el autónomo, dejando al margen las de las administraciones locales.

Para paliar el déficit, Cataluña debería lograr el porcentaje inversor previsto para este año: el 3,5% del producto interior bruto catalán. Un tanto por ciento que, recordó Valls, no se ha alcanzado nunca y que es el que debería mantenerse hasta el año 2013 para que Cataluña pueda estar al mismo nivel que otras regiones europeas en atractivo inversor y competitividad. Las inversiones previstas responden a una lógica: las de este año se han incrementado el 6%, porcentaje que resulta de calcular una inflación media del 3% y la misma cifra para el aumento de los precios.En estos momentos, recordó el presidente de la Cámara, están en marcha una serie de proyectos muy ambiciosos, aunque se hallen en diferente grado de ejecución o proyecto: el tren de alta velocidad, varias depuradoras, el desvío del Llobregat, varias líneas de transporte público en la región metropolitana, la ampliación del puerto y del aeropuerto, entre otras. Son estas obras las que explican el dinamismo inversor y que el Gobierno central supere al autónomo por segundo año consecutivo. Pero la sociedad debe tener en cuenta que cuando terminen estas obras habrá que seguir con otras, si se quiere que la potencia industrial no decaiga.

El informe de la organización empresarial recoge una serie de trabajos que se debe realizar a medio plazo y, en algunos casos, se atreve incluso a sugerir el calendario. Para el año 2004, la inversión prioritaria tendría que ser la conexión de los trenes regionales y de cercanías con las terminales del aeropuerto. Asimismo, sería conveniente que el Gobierno central aceptara la participación de las administraciones local y autonómica en la gestión aeroportuaria, como mejor fórmula para lograr su proyección internacional.

Al referirse al aeropuerto, Valls tuvo duras palabras para el secretario de Estado, Benigno Blanco, que anteayer volvió a rechazar la separación de los aeropuertos catalanes de AENA. La Cámara de Comercio entregó el pasado miércoles al Ministerio de Fomento un documento en el que se sugería esta posibilidad y Blanco la rechazó de plano el jueves, en una visita a Barcelona. Entiende Valls que se trata de una actitud irrespetuosa. "No se han tomado la molestia de leer el informe que les hemos entregado y ya dicen que no", afirmó.

Eje mediterráneo

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En el año 2005, la Cámara propone que se realice la conexión con metro entre los dos recintos feriales de Barcelona y de ambos con el aeropuerto. Esta medida debería coincidir con la entrada en funcionamiento de la tercera pista del aeropuerto y de la nueva terminal.

La línea de alta velocidad, ya operativa entre Barcelona y Madrid, debería ser completada con la incorporación a la misma del eje mediterráneo (desde la frontera hasta Valencia y, preferentemente, Murcia) y con el inicio de una red ferroviaria de ancho europeo para mercancías. Finalmente, debería ser el año del desdoblamiento del Eix Transversal.

Para el año 2006 habría que incluir algunas de las obras reseñadas, cuyo periodo de ejecución supera el año, y empezar el desdoblamiento del eje del Llobregat, la construcción del cuarto cinturón entre Abrera y Sant Celoni y la ampliación de la A-7 con un tercer carril hasta la frontera francesa.

Valls cree que estas medidas benefician a toda la sociedad catalana y podrían ser objeto de una negociación entre los partidos que las dejara al margen de las polémicas electorales, aun reconociendo que la aceptación de algunos de estos proyectos por parte de determinadas fuerzas políticas supone un torpedo en su línea de flotación.

El estudio de la Cámara ha utilizado los datos que figuran en los presupuestos gubernamentales, a sabiendas de que en la mayor parte de los casos no se cumplen. No se ha optado por trabajar con los resultados consolidados porque el objetivo era utilizar cifras actualizadas y resulta imposible disponer de las cifras consolidadas (obras realmente efectuadas y pagadas) en los años 2002 y 2003.

Este último ejercicio es, precisamente, el que sirve de referencia porque es el primero en el que el presupuesto de inversión alcanza el 3,5% del PIB, que es el porcentaje que exige la Cámara, por considerarlo el idóneo para superar la situación de déficit. Miquel Valls explicó que era consciente de la diferencia entre lo presupuestado y lo que verdaderamente se ejecuta y añadió que si en Cataluña se hubiera invertido todo lo presupuestado, el déficit sería hoy mucho menor.

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