70.000 españoles infectados por el virus de la hepatitis C ignoran que están contagiados

La infección afecta a un millón de personas en España y causa la mitad de las cirrosis

En España hay aproximadamente un millón de personas infectadas por el virus de la hepatitis C, de los cuales, 70.000 (el 7%) ni siquiera saben que han sido contagiados por uno de los virus más insidiosos ya que puede permanecer años sin ofrecer síntomas y cuando los presenta el tratamiento de la afección hepática es ya es más problemático. Éstos son algunos de los datos que aporta el Libro Blanco sobre hepatitis C, recogidos a partir de un estudio auspiciado por la Asociación Española para el Estudio del Hígado.

En este trabajo han participado 23 hepatólogos de toda España y se han real...

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En España hay aproximadamente un millón de personas infectadas por el virus de la hepatitis C, de los cuales, 70.000 (el 7%) ni siquiera saben que han sido contagiados por uno de los virus más insidiosos ya que puede permanecer años sin ofrecer síntomas y cuando los presenta el tratamiento de la afección hepática es ya es más problemático. Éstos son algunos de los datos que aporta el Libro Blanco sobre hepatitis C, recogidos a partir de un estudio auspiciado por la Asociación Española para el Estudio del Hígado.

En este trabajo han participado 23 hepatólogos de toda España y se han realizado 40 entrevistas en profundidad a especialistas, gerentes de hospital y personal de enfermería y de administración, así como otras 100 a médicos de atención primaria. Según Rafael Esteban Mur, jefe de Hepatología del hospital Vall d'Hebron, de Barcelona, que ha dirigido el estudio, se prevé que para el año 2005 se incrementará el número de casos de infectados, porque se diagnosticarán muchos de los que todavía no están detectados, pero disminuirá la incidencia de nuevos casos.

En los próximos años se prevé un aumento de contagios por tatuajes y 'piercings'

"Este descenso", explicó Esteban Mur, "es sobre todo atribuible a los estrictos controles sanitarios que se impusieron en las transfusiones de sangre, trasplantes y hemodiálisis, que hasta hace poco ern la principal vía de contagio. Se mantendrán, sin embargo, los contagios provocados por causas no identificadas, que son el 40%, y se incrementará la tasa de incidencia por exposiciones percutáneas, como tatuajes y piercings". A juicio de Esteban Mur, la principal vía de contagio de las personas diagnosticadas hasta ahora era la parenteral, esto es, la que se produce mediante pinchazos. Las medidas de precaución no sólo se han extremado en el ámbito sanitario. También se han hecho campañas en "la población drogadicta que, tras la epidemia del sida, cada vez está más concienciada de no compartir jeringuillas y otros instrumentos que puedan estar contaminados y, así, transmitir la infección".

Sin embargo, Esteban Mur alertó sobre el ligero aumento que la infección está experimentando por objetos punzantes o cortantes no bien esterilizados, que se emplean en consultas de odontólogos, peluquerías, centros de acupuntura y lugares donde se realizan tatuajes y piercings.

El director del estudio recogido en el Libro Blanco sobre hepatitis C calcula que en los próximos años se incrementarán las complicaciones en el número de pacientes no diagnosticados, al cronificarse la enfermedad, con lo que aumentarán la cirrosis, el hepatocarcinoma y la mortalidad asociada a esta infección.

Entre el 80% y el 85% de las infecciones por hepatitis C deriva en una infección crónica a partir de los seis meses del contagio y sólo el 15-20% llega a elimininar definitivamente el virus. Una parte de los procesos crónicos deriva en cirrosis, y de ellos, otra parte en cáncer de hígado. De hecho, esta patología infecciosa provoca la mitad de las cirrosis que aparecen en España y es la primera causa de trasplante de hígado.

Las asociaciones de pacientes se quejan de que muchos de los infectados conocidos no están sometidos a ningún tratamiento, a pesar de haber terapias eficaces. Se estima que con el gasto de un trasplante hepático se podría aplicar tratamiento profiláctico a ocho o diez infectados. Con ello no sólo se evitaría que la enfermerdad se cronificase, sino que se alcanzaría la curación en la mitad de los casos.

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