Reportaje:

Algo más que 'cortos'

La quinta edición del festival audiovisual Zemos, organizado por jóvenes sevillanos, ofrece cortometrajes, música y conferencias

Mientras Benito Jiménez, uno de los organizadores del Festival Audiovisual Zemos 98, se afana por explicar la filosofía de esta muestra, suena uno de los dos teléfonos móviles a los que vive pegado estos días. Es su abuela, que pregunta qué debe hacer con una familia mexicana que acaba de aparecer por su casa de la localidad sevillana de El Viso del Alcor para asistir al festival.

"Tomen el autobús de El Viso a Sevilla, que es barato; o un taxi. Y se vienen hacia el Monasterio de La Cartuja, que ahora estamos todos por aquí", explica Benito al padre de familia, un joyero de Guadalajara ...

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Mientras Benito Jiménez, uno de los organizadores del Festival Audiovisual Zemos 98, se afana por explicar la filosofía de esta muestra, suena uno de los dos teléfonos móviles a los que vive pegado estos días. Es su abuela, que pregunta qué debe hacer con una familia mexicana que acaba de aparecer por su casa de la localidad sevillana de El Viso del Alcor para asistir al festival.

"Tomen el autobús de El Viso a Sevilla, que es barato; o un taxi. Y se vienen hacia el Monasterio de La Cartuja, que ahora estamos todos por aquí", explica Benito al padre de familia, un joyero de Guadalajara (México) que llegó el miércoles por la noche a Sevilla en compañía de su mujer y de su hijo, José Vadir, de 17 años, autor de uno de los cortometrajes que se proyectan en la sección Juvenil de Zemos 98.

La llegada de los Vadir desde el otro lado del Atlántico es una prueba de la consolidación del festival, que nació hace cinco años para promocionar el cortometraje y que en esta edición ha salido por primera vez de El Viso del Alcor -un pueblo de 16.000 habitantes a 27 kilómetros de la capital- para buscar en Sevilla espacios más adecuados para acoger todas las actividades programadas, que incluyen desde música, a talleres, exposiciones fotográficas o proyectos que mezclan de todo un poco.

Pero la conversación con el joyero mexicano deja entrever también la precariedad de medios con la que se organiza Zemos 98: apenas 4.000 euros entre ayudas del Ayuntamiento de El Viso, de la Obra Social de Caja San Fernando y los fondos de la Asociación Cultural Empezemos Comenzemos, fundada y gestionada por los organizadores de Zemos 98. Benito Jiménez, no obstante, está convencido de que los escasos recursos nunca deben ser un impedimento para hacer un producto digno. "No queremos ser un festival de alfombras rojas y flashes. Ni necesitamos que vengan eminencias para hacernos un hueco en este mundo", asegura.

Pero los organizadores tampoco quieren que se les coloque la etiqueta de "alternativos". "No intentamos enseñar cosas más raras que nadie, sino lo que nos gusta a nosotros", advierte Jiménez. Aunque en la práctica, lo que se muestra en Zemos 98 es un mundo desconocido para el gran público. Un programa vertebrado por actividades con nombres como "narrativa digital", "catástrofe audiovisual", "hackitectura" o "rapsesiones", conceptos inventados en muchos casos por los organizadores del festival para definir sus experimentos creativos.

La media de edad de los miembros de la organización de Zemos ronda los 23 años, pero todos tienen experiencia en la promoción de actividades culturales, casi siempre radicadas en El Viso del Alcor. Pedro, hermano de Benito, dirige el festival desde su primera edición, en 1999. Tiene 22 años, estudia Comunicación Audiovisual y es un experto video jockey, como un disc jockey pero que en vez de pinchar discos pincha imágenes.

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Su hermano Benito, de 25 años, es el encargado de poner la música, una labor que ejerce desde los 15 en la radio local de El Viso. Allí surgió hace una década Independientes, un certamen de música ya desaparecido que colocó a El Viso en la ruta de los principales festivales de música pop del país.

Pero Benito lleva también desde los 14 años rodando cortometrajes, el género que sirve como excusa a Zemos. Para la primera edición del festival, los organizadores recibieron 30 cortos, la mayoría andaluces. Este año, les han llegado más de 200 procedentes de toda Europa, Latinoamérica y Estados Unidos.

El éxito de la convocatoria les obliga a hacer una selección previa. Y todo a pesar de que en Zemos no hay premios en metálico. El público elige sus cortos favoritos, y los ganadores obtienen la ayuda de una compañía que distribuye cortometrajes por internet. Algunos de los cortos que se exhiben en Zemos no optan ni quiera a eso, pero para sus autores ya es un premio el ser seleccionados para el festival.

Es el caso de de José Vadir, el joven mexicano que por fin, una hora después, llega acompañado por sus padres hasta el Monasterio de la Cartuja, sede de la Universidad Internacional de Andalucía, que acoge algunas de las actividades del festival. Su corto, Me tardé, es un plano fijo de tres minutos en los que una joven se da ante el espejo los últimos retoques antes de salir de casa y acaba estropeando su imagen. "Simple, pero inteligentemente resuelto,", explica Benito Jiménez, "un buen ejemplo de lo que buscamos".

Las claves de Zemos 98

La quinta edición del festival Zemos 98 se celebra entre Sevilla y la localidad de El Viso del Alcor hasta el próximo lunes 13. Todas las actividades son de entrada libre. - Las citas imprescindibles Taller de Narrativa Digital. Treinta horas para adquirir las nociones básicas de la narración a través del ordenador. Dirigido por el artista mexicano Fran Ilich. Hasta mañana, de 9.00 a 14.00 y de 17.00 a 19.00 en el Monasterio de la Cartuja. Proyecciones de cortometrajes. Se exhiben en tres secciones: la juvenil, obras de autores jóvenes o para el público de menor edad (hoy, 11.30 y 13.00); la sección freak, obras de pequeño presupuesto seleccionadas para competir por el premio del público (hoy, a las 19.30 y 22.30; sábado, a las 20.30 y 22.00); y sección informativa, las creaciones de mayor producción (hoy, a las 16.00, 17.00 y 20.00; sábado, a las 16.00, 17.45, 19.15 y 23.00). En la Casa de la Cultura de El Viso. Conferencias y coloquios. La fotografía de prensa y el reportaje freelance. Por Juan Carlos Delamadrid y Pepe Ortega. Hoy, a las 16.30, en la Casa de la Cultura de El Viso. Fotografía-arte en la era de la tecnología digital. Sábado, a las 17.30, en la Casa de la Cultura de El Viso. Música. Ritmos electrónicos de la mano de músicos como Longina, GNoma, el grupo CschK vs. Hss o el sevillano afincado en Londres Miguel Marín, que mezcla audio e imagen. En la Casa de la Cultura, hoy y mañana, a partir de las 23.00.Pero en Zemos hay también espacio para el hip-hop, con los madrileños Yomango (sábado por la noche en el Café Cielo II, en El Viso) y para el rock, de la mano de los sevillanos Blusa (en el café Pop de El Viso, esta noche a partir de las 0.30). - Diccionario para no perderse Narrativa digital: Introduce el ordenador como espacio de narración. Historias contadas a través de textos, música e imágenes o mezclando todos los medios, aprovechando las posibilidades de la era digital.Catástrofe audiovisual: un concepto propio de los hermanos Jiménez, organizadores de Zemos98. Mezclan música e imágenes para provocar distintas sensaciones. Juegan con sonidos electrónicos, flamencos o líricos y con imágenes históricas o de creación propia. Cutremetrajista: Un término acuñado en Zemos 98 para definir a los autores de cortos producidos con escasos medios técnicos.Rapsesiones: Una variante para hip-hop de las clásicas jamsesions de jazz. Un duelo de disc jockeys de música rap.Hackitectura: "Arquitectura que rompe". Usos subversivos de los elementos arquitectónicos. Entre los ejemplos que se exponen, las casas que construyeron en los árboles de la sevillana Alameda de Hércules los miembros de la plataforma Alameda Viva para evitar que se talaran.

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