CONFLICTO EN ORIENTE PRÓXIMO

Sharon promete "paz y victoria" en el inicio de la campaña israelí

El líder del Likud afirma que devolverá el 50% de Cisjordania a los palestinos

"Os prometo la paz y la victoria". Ariel Sharon se ha comprometido a ganar las elecciones previstas para el próximo 28 de enero en Israel para firmar a continuación un acuerdo de paz con los palestinos. El primer ministro efectuó este anuncio en un acto del Likud, con la que el partido nacionalista ha abierto esta semana la campaña electoral, cuyos cerebros principales son Ehud Olmert, el ex alcalde de Jerusalén, y el publicista norteamericano Arthur Finklestein.

"El Gobierno de Unidad Nacional que formaré después de las elecciones con los laboristas nos dará la victoria y...

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"Os prometo la paz y la victoria". Ariel Sharon se ha comprometido a ganar las elecciones previstas para el próximo 28 de enero en Israel para firmar a continuación un acuerdo de paz con los palestinos. El primer ministro efectuó este anuncio en un acto del Likud, con la que el partido nacionalista ha abierto esta semana la campaña electoral, cuyos cerebros principales son Ehud Olmert, el ex alcalde de Jerusalén, y el publicista norteamericano Arthur Finklestein.

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"El Gobierno de Unidad Nacional que formaré después de las elecciones con los laboristas nos dará la victoria y la paz", afirmó Sharon ante un reducido auditorio, reunido en el Palacio de los Congresos de Jerusalén, configurado por militantes y simpatizantes del partido Likud.

El primer ministro se comprometió en su discurso electoral a devolver a los palestinos el 50% de los territorios de Cisjordania, para permitir a continuación en ellos la proclamación del Estado de Palestina. Sharon añadió, sin embargo, que este pacto de paz se firmará con una "nueva dirección palestina", ya que la actual le "ha estafado".

El discurso de Ariel Sharon no logró entusiasmar a las bases del Likud, que se encuentran desde hace dos semanas sumidas en una grave crisis, al haberse descubierto diversos delitos de corrupción cometidos por algunos candidatos, que compraron los votos de los compromisarios, para poder formar parte en las listas electorales al Parlamento. El caso está siendo investigado por una comisión del partido, pero también por la policía, que ha llamado a declarar, en calidad de sospechosos, a conocidos políticos, entre ellos a la viceministra Naomi Blumenthal y al propio hijo del jefe de Gobierno, Omri Sharon.

A pesar de estos problemas, todos los sondeos auguran la victoria clara del Likud, que obtendría 35 escaños en una cámara compuesta por 120 diputados. Sin embargo, esos sondeos indican un descenso del apoyo al partido gubernamental, que en anteriores encuestas se le atribuían hasta 40 diputados.

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El discurso electoral de Sharon, que da por hecho una nueva alianza con los laboristas, ha provocado ya las primeras oleadas de indignación. Para empezar, han protestado los sectores radicales de su propio partido, capitaneados por el número dos de la lista y actual ministro de Asuntos Exteriores, Benjamín Netanyahu, que condenan un nuevo pacto con los laboristas y reclaman como alternativa una alianza con los grupos nacionalistas y religiosos.

También ha indignado a los laboristas, que bajo la dirección de Amram Mitzna, se niegan a una coalición con el Likud, a menos que Sharon acepte sus posiciones y "un cambio en las prioridades presupuestarias". Los laboristas ofrecen a los palestinos la devolución del 75% de los territorios y compartir la capitalidad de Jerusalén. Los sondeos auguran para los laboristas sólo 22 escaños, 13 menos que los actuales.

Un niño palestino lanza piedras contra un vehículo militar israelí, ayer, en Kalkilia.AP

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