Los obispos rechazan la investigación con embriones, incluidos los no viables

Sanidad ha pedido un estudio sobre su utilización en ensayos clínicos

Los obispos españoles no ven diferencia entre un embrión viable (el que si se implanta en un útero puede dar lugar a un ser vivo) y otro no viable (el que acabaría, como mucho, en un aborto). Los dos merecen "la misma protección", según la Conferencia Episcopal Española. Con ello se descarta la posibilidad de obtener células madre embrionarias, porque para ello hay que destruir embriones, algo que los obispos equiparan con el aborto.

"Distinguir entre embriones viables y no viables a efectos de darles un tratamiento jurídico diferenciado sería contrario a la protección que el embrión me...

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Los obispos españoles no ven diferencia entre un embrión viable (el que si se implanta en un útero puede dar lugar a un ser vivo) y otro no viable (el que acabaría, como mucho, en un aborto). Los dos merecen "la misma protección", según la Conferencia Episcopal Española. Con ello se descarta la posibilidad de obtener células madre embrionarias, porque para ello hay que destruir embriones, algo que los obispos equiparan con el aborto.

"Distinguir entre embriones viables y no viables a efectos de darles un tratamiento jurídico diferenciado sería contrario a la protección que el embrión merece en cuanto a ser humano", afirma una nota emitida ayer por la subcomisión episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida. De esta manera los obispos se niegan a que los embriones sobrantes de procesos de fecundación asistida se utilicen para investigar el empleo de células madre.

Precisamente, hace dos años que la Comisión de Reproducción Humana Asistida ha pedido al Gobierno que permita usar esos embriones para investigar, ya que si no su fin más probable sería la destrucción. La ministra de Sanidad, Ana Pastor, ha declarado que ha encargado a la comisión un estudio sobre si los embriones congelados (unos 40.000, de los que alrededor de 10.000 llevan más de cinco años en los tanques de nitrógeno líquido) son en verdad viables o no.

Si no lo fueran, la ley actual de Reproducción Humana Asistida, de 1988, prevé que se puedan destruir, lo que ampararía su uso para investigar si las células madre sirven para reparar tejidos deteriorados, como las neuronas en la enfermedad de Parkinson o Alzheimer o los cultivos de piel para quemados.

Para la Conferencia Episcopal, "es inaceptable moralmente la producción, manipulación y destrucción de embriones humanos". En cambio, los obispos proponen otras alternativas "moralmente lícitas, como la utilización de células madre procedentes de organismos adultos".

Estas células madre adultas son las llamadas pluripotentes (que pueden generan varios tipos de tejidos) por los científicos, en lugar de las embrionarias totipotentes (que pueden producir todos los tipos celulares). Esa diferencia es la que hace más interesante para los investigadores el uso de material embrionario. Además, los embriones pueden manipularse, mediante la llamada clonación terapéutica, para que no produzcan rechazo en el receptor del tejido.

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