Sanidad mantiene congelados dos programas que anunció para combatir las listas de espera

El Consell sólo responde a los retrasos en operaciones con el desvío al sector privado

Los dos únicos programas anunciados para combatir las listas de espera con recursos públicos han caído en el olvido. Sanidad anunció en abril de 2000 el Plan Exprés y dos meses después el Plan Óptimus. La consejería que dirige Serafín Castellano nunca les dió la oportunidad de demostrar su eficacia, a diferencia del Plan de Choque nacido en 1996 como una fórmula pasajera de desvío de pacientes al sector privado y que se ha consolidado como la única respuesta dada por el PP. Pese a los 96 millones gastados en él, un informe del defensor del Pueblo cuestiona su utilidad.

El Plan de Choque...

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Los dos únicos programas anunciados para combatir las listas de espera con recursos públicos han caído en el olvido. Sanidad anunció en abril de 2000 el Plan Exprés y dos meses después el Plan Óptimus. La consejería que dirige Serafín Castellano nunca les dió la oportunidad de demostrar su eficacia, a diferencia del Plan de Choque nacido en 1996 como una fórmula pasajera de desvío de pacientes al sector privado y que se ha consolidado como la única respuesta dada por el PP. Pese a los 96 millones gastados en él, un informe del defensor del Pueblo cuestiona su utilidad.

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El Plan de Choque no ha resuelto el problema para el que fue concebido. Después de seis años de vida, el informe del Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, sobre el estado de las listas de espera en España califica de "inaceptable" el tiempo medio que se tarda para acceder a una intervención en la Comunidad Valenciana. Y ello a pesar de los 96 millones de euros gastados en el desvío de pacientes de la red pública a clínicas privadas para combatir el embudo que se forma a las puertas de los quirófanos de los hospitales valencianos públicos y al apoyo sin matices que ha recibido por parte del Consell. Este pobre resultado, a la vista de la situación que reflejan las listas de espera en el informe del Defensor del Pueblo, no ha servido para que Sanidad pruebe otros caminos para reducir este problema, a pesar de haber anunciado que lo haría e incluso de haber dado los primeros pasos en uno de ellos.

El programa que más lejos llegó fue el Plan Exprés, anunciado por José Emilio Cervera, el predecesor de Castellano al frente de Sanidad. El objetivo era exprimir los recursos públicos para reducir las esperas sin recurrir a los centros públicos. Se trataba de que los hospitales que tuvieran una menor presión pudieran asumir la lista de espera de otros centros. Estaba pensado para funcionar de forma paralela al Plan de Choque, y contemplaba ofrecer a los pacientes que llevaran esperando más de tres meses una intervención que pudieran ser operados en un hospital público de su elección siempre que no tuviera lista de espera. También ofrecía, como segunda opción, la elección de un centro privado. El programa reconocía implicitamente los recelos que despierta entre gran parte de los pacientes de la sanidad pública valenciana ser intervenidos a través del plan de Choque. Cervera señaló al presentar esta propuesta que de los 10.000 que, dijo, se encontraban en la lista de espera, 8.500 habían rechazado la oferta de ser intervenidos en clínicas privadas. Este programa llegó a plasmarse en un borrador de un decreto, que destinaba para 2000 una suma de 300 millones de pesetas (180.000 euros), cifra considerada escasa por los sindicatos comparada con los 2.600 millones (15,6 millones de euros) que se destinaron en 1999 al Plan de Choque. Los representantes sindicales también reclamaron que se extendiese el programa a las pruebas diagnósticas. Sin embargo, 30 días después del anuncio, el entonces presidente de la Generalitat destituyó a Cervera y con su marcha de Sanidad, en mayo de 2000, se enterró este proyecto.

Poco después de su llegada al cargo, Serafín Castellano tuvo que lidiar con una polémica por las listas de espera de la sanidad valenciana. Para hacer frente a la situación, anunció un nuevo programa, mucho menos perfilado que el anterior. Su nombre era el Plan Óptimus y nunca se comunicó ni fecha de comienzo ni dotación presupuestaria. Estaba destinado a combatir las esperas quirurgicas mediante la incentivación de los médicos del sistema público que superaran las medias de productividad de sus compañeros "garantizando siempre la calidad de las intervenciones". Nunca se aplicó.

Los responsables populares han extendido un tupido velo sobre estos dos programas, mientras han potenciado el Plan de Choque. Hasta el punto de reforzar económicamente este plan y pretender darle rango de ley, como señaló el ex presidente Zaplana en el debate de Política General del año 2001.

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Por otra parte, La secretaria general de la Federación Estatal de Sanidad de CC OO, María José Alende, que presentó ayer un libro en Valencia sobre la precaridad del personal de refuerzo de la sanidad pública, señaló ayer que el problema de las listas de espera en el sistema sanitario público "requiere soluciones estructurales y no las coyunturales que ofrece el Gobierno".

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