Ayuntamientos y ONG dudan sobre la Agencia de Cooperación por la falta de diálogo de la Generalitat

La política de ayudas para la cooperación y el desarrollo puesta en marcha por el Consell en 1999 -con un presupuesto oficial de 21 millones de euros según el último informe del Comité de Ayudas al Desarrollo de la OCDE- despierta más dudas que credibilidad entre los actores implicados, básicamente ayuntamientos, asociaciones y ONG, según se puso de manifiesto ayer en las jornadas celebradas en la Politécnica, donde se presentó el informe de evaluación de todo el sistema español de cooperación. La creación de una Agencia Valenciana de Cooperación (cuyo proyecto de ley está aún en las Cortes) s...

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La política de ayudas para la cooperación y el desarrollo puesta en marcha por el Consell en 1999 -con un presupuesto oficial de 21 millones de euros según el último informe del Comité de Ayudas al Desarrollo de la OCDE- despierta más dudas que credibilidad entre los actores implicados, básicamente ayuntamientos, asociaciones y ONG, según se puso de manifiesto ayer en las jornadas celebradas en la Politécnica, donde se presentó el informe de evaluación de todo el sistema español de cooperación. La creación de una Agencia Valenciana de Cooperación (cuyo proyecto de ley está aún en las Cortes) sin que el Consell haya diseñado antes una ley valenciana que marque la pauta de las políticas suscita "una falta de credibilidad", sobre todo en ayuntamientos, institutos tecnológicos y cooperantes universitarios que se han visto excluidos del proceso negociador del futuro libro blanco y de los comités de la Dirección General de Cooperación.

Pilar Mateo, responsable de este departamento, trató de contrarrestar las críticas a la "falta de diálogo" y aseguró que han participado 170 personas y 80 asociaciones en los dos últimos años. Mateo precisó que la Agencia -que "ya funciona en la práctica" aunque el proyecto esté aún en las Cortes- "se abrirá a todo el mundo". "Se han de terminar las tonterías, no todas las políticas son cooperación", espetó.

El contrapunto a la política oficial la puso el rector Justo Nieto, quien reconoció su tono "provocador" al afirmar que: "Estamos atrapados por la fiesta de la cooperación, los que piden y los que reciben (...) y al final las cosas son fruto de las políticas, de una corrupción y de una burocracia. Ya basta". Nieto apeló al fin del "paternalismo" y pidió la incorporación de los países en vías de desarrollo para rediseñar conjuntamente nuevos intrumentos de cooperación. "No se puede vender zapatos de baile de salón al tercer mundo y además cobrar en dólares".

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