CATÁSTROFE ECOLÓGICA EN GALICIA | Las instituciones debaten medidas para evitar nuevos desastres

El batiscafo francés no ha salido para Galicia por falta de respuesta española

Las autoridades francesas constituyeron ayer una célula de vigilancia para seguir la deriva de las manchas de fuel procedentes del Prestige, una medida preventiva adoptada cuando las trazas de contaminación más próximas se encuentran a 450 kilómetros de la más cercana de sus costas. La ministra francesa de Ecología, Roselyne Bachelot, tiene previsto visitar hoy la zona afectada. Mientras tanto, el batiscafo o submarino de bolsillo Nautile no se dirige hacia las costas de Galicia, ni se le espera en los próximos días, a falta de respuesta del Gobierno español para movilizar...

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Las autoridades francesas constituyeron ayer una célula de vigilancia para seguir la deriva de las manchas de fuel procedentes del Prestige, una medida preventiva adoptada cuando las trazas de contaminación más próximas se encuentran a 450 kilómetros de la más cercana de sus costas. La ministra francesa de Ecología, Roselyne Bachelot, tiene previsto visitar hoy la zona afectada. Mientras tanto, el batiscafo o submarino de bolsillo Nautile no se dirige hacia las costas de Galicia, ni se le espera en los próximos días, a falta de respuesta del Gobierno español para movilizar esta embarcación.

El problema para la intervención del submarino es el coste. "Claro, esto no es una operación gratuita", explicó Françoise Auribault, del Ifremer, el organismo que opera el Nautile. "La financiación pública de nuestro establecimiento no cubre todas las actividades de investigación que llevamos a cabo. En caso de catástrofe, naturalmente se pueden retrasar otros programas científicos y dedicar el submarino a lo más urgente, pero hasta ahora no consta una respuesta por parte del Gobierno español".

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El batiscafo tendría que investigar cómo se encuentran los pedazos del Prestige hundidos a unos 3.600 metros de profundidad y, sobre todo, proporcionar informaciones acerca del estado exacto de sus tanques de combustible. El sumergible podría comenzar a operar "rápidamente", pero no de un día para otro: ahora se encuentra en el Mediterráneo, a bordo de un barco nodriza, que necesitaría de cuatro a cinco días de navegación para presentarse en la zona del naufragio.

El Nautile es un sumergible tripulado por tres personas, pero el Ifremer posee otro completamente robotizado, que proporciona las informaciones a científicos situados a bordo del navío nodriza. Ninguno de los dos ha sido utilizado aún en catástrofes de este tipo, porque es muy raro el hundimiento de un barco cargado de combustible a tanta profundidad como lo está el Prestige. Frente a los 3.400-3.600 metros en que se supone se encuentra este último, el lugar donde se hundió el Erika tiene 120 metros de profundidad.

Célula de vigilancia

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En la célula de vigilancia constituida ayer por los franceses participan expertos de varios organismos científicos, además del instituto de Meteorología y de la Prefectura Marítima del Atlántico. Una serie de boyas destinadas a seguir la evolución de las manchas de contaminación serán instaladas mañana en la zona. A diario se efectuarán cartografías a partir de previsiones meteorológicas realizadas a un plazo muy corto, dada la inestabilidad de los vientos.

La prioridad francesa consiste en "tratar rápidamente" dos manchas observadas al norte de Galicia, en el límite suroeste del Golfo de Gascuña, a 450 kilómetros de la más cercana de sus costas. No se ha descubierto aún ninguna huella de contaminación en las costas de Francia, motivo que ha valido a Bachelot alguna crítica por haber sido demasiado alarmista.

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