Una deuda saldada
Isabel González Losada, de 85 años, y Asunción Álvarez Méndez, de 87, hermanas de dos soldados del Ejército republicano fusilados en una cuneta tras entregarse en noviembre de 1937, sabían desde hace mucho tiempo dónde estaban enterrados sus familiares y han acudido a ese lugar a menudo desde 1943.
El pasado día 1 de julio vieron colmada una aspiración a la que no han renunciado en todo este tiempo, el inicio de la excavación de la fosa común, en Piedrafita de Babia (León), para recuperar los restos y darles la sepultura que se merecen.
Los trabajos por los que llevaban peleando ...
Isabel González Losada, de 85 años, y Asunción Álvarez Méndez, de 87, hermanas de dos soldados del Ejército republicano fusilados en una cuneta tras entregarse en noviembre de 1937, sabían desde hace mucho tiempo dónde estaban enterrados sus familiares y han acudido a ese lugar a menudo desde 1943.
El pasado día 1 de julio vieron colmada una aspiración a la que no han renunciado en todo este tiempo, el inicio de la excavación de la fosa común, en Piedrafita de Babia (León), para recuperar los restos y darles la sepultura que se merecen.
Los trabajos por los que llevaban peleando tanto tiempo se llevaron a cabo gracias al tesón de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que en 2001 facilitó que fueran desenterrados los restos de 13 personas para entregárselos a los familiares.
Tanto Isabel González Losada como Asunción Álvarez Méndez dejaron claro desde el primer momento que no quedaba en ellas ánimo alguno de venganza. Tan solo el deseo de que, a la postre, sus parientes fallecidos obtuvieran el mismo y digno entierro que tuvieron los muertos del bando vencedor en la guerra civil. Algo que a Isabel y a Asunción les parecía una deuda pendiente.
Y más cuando la calle principal de su pueblo -Palacios del Sil, con alcalde socialista-, sigue, tantos años después de acabada la dictadura, dedicada a Francisco Franco.