El Papa desafía a los médicos y viajará a Polonia el viernes

Dos semanas de descanso en la residencia de Castelgandolfo, a las afueras de Roma, tras un agotador viaje de 11 días a América, han sido suficientes para que el Papa recobre la energía imprescindible para afrontar un nuevo desplazamiento. Desafiando pronósticos periodísticos y consejos médicos, Juan Pablo II inicia el viernes su 98º viaje apostólico, esta vez con destino a Polonia. Una visita (la novena de Karol Wojtyla a su patria en casi 24 años de pontificado) que ha provocado, desde su anuncio hace meses, una marea de especulaciones sobre el eventual retiro del Papa. El portavoz de la Sant...

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Dos semanas de descanso en la residencia de Castelgandolfo, a las afueras de Roma, tras un agotador viaje de 11 días a América, han sido suficientes para que el Papa recobre la energía imprescindible para afrontar un nuevo desplazamiento. Desafiando pronósticos periodísticos y consejos médicos, Juan Pablo II inicia el viernes su 98º viaje apostólico, esta vez con destino a Polonia. Una visita (la novena de Karol Wojtyla a su patria en casi 24 años de pontificado) que ha provocado, desde su anuncio hace meses, una marea de especulaciones sobre el eventual retiro del Papa. El portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, se ha visto obligado a desmentir de nuevo esta semana, a dos rotativos europeos que anunciaban este viaje a Polonia como el último del Pontífice, asegurando, en un caso, que ni siquiera regresaría a Roma.

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El Vaticano considera infundadas las noticias porque, como se especifica en el programa del viaje, el Papa permanecerá en Polonia entre el 16 y el 19 de agosto, y esa misma tarde regresará a la capital italiana. Fuentes de la Santa Sede han atribuido el error a la reserva hecha inicialmente en una casa de reposo en la estación de esquí de Zapokane, a unos 60 kilómetros de Cracovia, para que el Pontífice descansara durante el viaje. Al final, sin embargo, el Papa se hospedará en el palacio arzobispal de Cracovia, la sede que él mismo ocupó antes de convertirse, en octubre de 1978, en Juan Pablo II.

Acontecimiento popular

El viaje tiene más bien un carácter personal y parece dictado por los deseos del Papa de presidir la dedicación a la Divina Misericordia del Santuario de Lagiewniki -un barrio de Cracovia-, recién construido junto al convento donde vivió la religiosa Faustina Kowalska (1905-1938), canonizada hace dos años. El acto llenará la jornada del sábado 17 de agosto, en la que el Papa recibirá al presidente polaco, Aleksander Kwasniewski, por séptima vez desde 1997; al primer ministro, Leszek Miller, y otras personalidades civiles polacas.

La presencia de Juan Pablo II en Polonia es siempre un acontecimiento popular y político. La Iglesia polaca, a la que ni siquiera el régimen comunista logró doblegar, ha visto aumentar su poder tras la caída del muro de Berlín, en 1989, pero, paradójicamente, se enfrenta a una creciente pérdida de influencia en una sociedad obsesionada por los problemas de la integración europea y dañada por un desarrollo capitalista salvaje que ha disparado la desigualdad.

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Aun así, habrá centenares de miles de polacos en la misa que el Papa tiene previsto celebrar el domingo en el parque de Blonie, en Cracovia. Una cita aplazada desde junio de 1999, cuando una fuerte gripe impidió a Wojtyla, en su octavo viaje a Polonia, celebrar otra misa programada en el mismo sitio. El Papa rezará en la espléndida catedral de Wawel y visitará la tumba de sus familiares en el cementerio de Cracovia. Antes de regresar a Roma, el lunes, celebrará otra ceremonia en un santuario a 45 kilómetros de la ciudad.

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