Reportaje:

La feria de las vanidades

Boeing y Airbus mantienen en la feria mundial del sector aeronáutico su fuerte y particular duelo comercial

Fieles a su cita anual, los años pares en Farnboroug y los impares en Le Bourget, los responsables de las industrias aeronáuticas de todo el mundo se han reunido esta semana en la pequeña localidad del sureste británico. El Farnborough International Air Show es el escenario donde se muestran las armas más sofisicadas de matar junto a los medios de transporte aéreo más modernos y ha sido también durante las últimas ediciones el campo de batalla más importante en el que se han enfrentado los dos grandes gigantes mundiales de la industria aeronáutica: la norteamericana Boeing y la europea Airbus,...

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Fieles a su cita anual, los años pares en Farnboroug y los impares en Le Bourget, los responsables de las industrias aeronáuticas de todo el mundo se han reunido esta semana en la pequeña localidad del sureste británico. El Farnborough International Air Show es el escenario donde se muestran las armas más sofisicadas de matar junto a los medios de transporte aéreo más modernos y ha sido también durante las últimas ediciones el campo de batalla más importante en el que se han enfrentado los dos grandes gigantes mundiales de la industria aeronáutica: la norteamericana Boeing y la europea Airbus, controlada fundamentalmente por la European Aerospace and Defense EADS.

Un enfrentamiento marcado este año por un enemigo común de ambos: las consecuencias de los acontecimientos del 11 de septiembre. En esta ocasión, las tradicionales disputas sobre las cifras de pedidos, entregas o sus diferentes perspectivas de mercado han sido desplazadas por sus distintas maneras de hacer frente a la crisis.

Las líneas aéreas de bajo coste decidirán el fabricante ganador en el próximo año
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Con motivo del salón aeronautico de Franborough, el presidente de Boeing, Phil Condit, recordaba que la imagen de los 2.000 aviones aparcados en el desierto de Nevada, es un buen reflejo de la situación actual. A la peor crisis de la industria aeronautica después de la segunda Guerra Mundial le corresponde uno de los salones más tranquilos de los últimos tiempos. A la espera de que se hagan públicas las cifras que se han estado manejando la pasada semana en Farnborough, no cabe la menor duda de que estarán muy por debajo de las barajadas el pasado verano en el salón parisiense de Le Bourget. Las operaciones que entonces suponían miles de millones de dólares, esta semana han sido simplemente de millones de dólares, señalaba un analista estos días.

Aunque Boeing lo hace con más fuerza, ambas compañias se acusan de estar tirando los precios en una guerra comercial de imprevisibles consecuencias.

El constructor norteamericano, que ha reducido su producción en un 50% y ha recortado su plantilla en 30.000 trabajadores, tiene previsto entregar este año unos 380 aviones (en 2001 entregó 521) y entre 275 y 300 el próximo ejercicio.

Por su parte, Airbus entregará alrededor de 300 este año y una cifra semejante el próximo por lo que es posible que tras las tres décadas de combate que llevan, 2003 sea el año en el que el fabricante europeo supere por primera vez al norteamericano en unidades entregadas.

Las líneas aéreas tiene la palabra y sobre todo las denominadas de bajo coste que son las que realmente van a tirar del mercado al menos a corto plazo. Más del 50% de los 400 a 450 pedidos que se realicen este año corresponden a este tipo de compañías.

Estaba previsto aprovechar el salón de Farnborough para anunciar la compra más importante de los últimos tiempos: 120 aviones con los que la británica EasyJet tiene previsto completar su flota de corto alcance. Algunas filtraciones ya se la habían adjudicado a Boeing y su 737 en una operación en torno a los 6.000 millones de dólares. Pero no ha sido así, parece que los responsables de Airbus no se rinden y tratan todavía de pellizcar en la operación.

De cualquier manera esta ventaja que puede alcanzar Boeing en cuanto al número de unidades, no encuentra el mismo parangón en la facturación obtenida y mucho menos en los beneficios de la misma, ya que los aviones de menor tamaño son los más difíciles de rentabilizar para los constructores.

En el otro extremo de la oferta, Airbus ha acudido a la cita de Farnborough con un reciente pedido de 10 unidades por parte de Federal Express de su A-380 para 555 pasajeros que se suma a las 85 anteriores por lo que ya se acerca considerablemente a las 250 entregas en que se sitúa la entrada en números negros de este modelo. Y a pesar de las circunstancias actuales mantienen la fecha de 2006 para realizar la primera entrega a Singapore Airlines.

Por su parte Boeing mantiene también su proyecto del avión para 250 pasajeros que volará ligeramente por debajo de la velocidad del sonido, el Sonic Cruiser. Sin embargo no quiere comprometerse con la fecha en la que anuncien definitivamente la puesta en marcha de su producción real. Algunos analistas dudaban estos dias en Farnborough de que esta decisión llegue a producirse realmente, a pesar del reciente anuncio de nuevas empresas que se han incorporado al proyecto. Y señalan que se trata más bien de un intento por parte de Boeing de neutralizar la ventaja adquirida por Airbus con el A-380 en cuanto a avances tecnológicos.

Pero no todo han sido caras largas y aburrimiento en Farnborough. La espectacularidad de los vuelos de exibición contaba este año con la participación del Typhoon, denominación que se ha dado al primer ejemplar del caza Eurofigther que se entregará el próximo mes de diciembre a la fuerza aérea británica, y del que España mantiene un pedido de 87 unidades. En este terreno Boeing ha sufrido recientemente también una derrota por parte de su compatriota Loockeed Martin para el desarrollo del Joint Strike Figther, futuro caza de Ejército norteamericano.

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