El siglo de las ciudades

Los censos de los últimos cien años reflejan la constante migración desde la España rural hacia los grandes núcleos urbanos

La población española ha crecido con un ritmo tozudo y monótono durante el pasado siglo, desde los 18,6 millones de habitantes de 1900 hasta los 40,8 millones censados el año pasado. Pero un observador que nunca hubiera salido de un pueblo pequeño -como aquel célebre paisano del anuncio que preguntaba: '¿Y dice que...?'- pensaría que la evolución ha sido exactamente la contraria. En 1900, el 27% de la población española vivía en pueblos de menos de 2.000 habitantes, y ahora ese porcentaje apenas pasa del 7%: algo así como si 1.000 núcleos de 2.000 habitantes se hubieran transformado en pueblos...

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La población española ha crecido con un ritmo tozudo y monótono durante el pasado siglo, desde los 18,6 millones de habitantes de 1900 hasta los 40,8 millones censados el año pasado. Pero un observador que nunca hubiera salido de un pueblo pequeño -como aquel célebre paisano del anuncio que preguntaba: '¿Y dice que...?'- pensaría que la evolución ha sido exactamente la contraria. En 1900, el 27% de la población española vivía en pueblos de menos de 2.000 habitantes, y ahora ese porcentaje apenas pasa del 7%: algo así como si 1.000 núcleos de 2.000 habitantes se hubieran transformado en pueblos fantasmas.

Los números también dejan claro hacia dónde se ha desplazado esa población: a las ciudades, y sobre todo a los municipios de entre 100.000 y 500.000 habitantes. (Ésa es la dimensión actual de 29 capitales de provincia, incluidas, por ejemplo, Murcia, Córdoba o Bilbao.) En 1900, los núcleos urbanos de ese tamaño alojaban al 3% de la población española (unas 600.000 personas). Ahora alojan al 24% de la población española (9,4 millones).

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Los grandes núcleos urbanos (de más de 500.000 habitantes) también han crecido de forma espectacular a lo largo del siglo, pero esa tendencia ha empezado ya a invertirse en algunos casos. Las ciudades de esa dimensión sumaban un millón de habitantes en 1900, y crecieron continuamente durante la mayor parte del siglo, hasta alcanzar 7,44 millones de habitantes en 1981. Pero después empezaron a perder población lentamente: 7,21 millones en 1991 y 7,01 millones el año pasado.

Las razones más probables de esta inversión de tendencia son el alto precio de los pisos y la incomodidad de la vida diaria en estas grandes urbes. Cada vez más ciudadanos prefieren irse a vivir a las zonas circundantes y hacer el viaje al trabajo todos los días.

Un ejemplo muy ilustrativo de este último efecto es el de Madrid, cuya población se ha reducido en los últimos 20 años de 3,19 millones a 2,94 millones, pero a costa de un muy notable aumento del censo en sus ciudades dormitorio: de los nueve municipios españoles que más han crecido en los últimos 20 años, seis son núcleos muy próximos a Madrid: Fuenlabrada, Las Rozas, Móstoles, Pozuelo de Alarcón, Rivas-Vaciamadrid y Alcalá de Henares. Estos seis municipios han crecido en conjunto en 307.474 habitantes, lo que equivale a un 40% de la pérdida de población de Madrid capital en el mismo periodo (el 60% restante se ha ido probablemente a vivir a muchos otros núcleos de las afueras que han experimentado un crecimiento más moderado).

Actualmente hay seis ciudades con más de 500.000 habitantes -Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Málaga-, y es precisamente en las tres primeras (las mayores) en las que la población ha empezado a decrecer en los últimos 20 años a costa del aumento de sus núcleos satélite. Sevilla, Zaragoza y Málaga siguen creciendo por el momento.

Las poblaciones de Madrid (540.000) y Barcelona (533.000) eran muy similares al comenzar el siglo XX, y siguieron así hasta alrededor de 1940 (Barcelona llegó a superar a Madrid en 1930). Pero, entre 1940 y 1960, la población de Madrid experimentó una duplicación, mientras que la de Barcelona sólo creció un 50%. Ese despegue de Madrid fue debido en parte a la anexión, entre 1948 y 1954, de una veintena de municipios hasta entonces independientes. Sin embargo, Madrid se distanció más aún de Barcelona en la década de los sesenta: entre 1960 y 1970, Madrid creció en 886.140 habitantes, y Barcelona, sólo en 187.279.

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