Reportaje:

Tranquilizantes para las amas de casa

Un estudio revela la relación entre las drogas y las condiciones laborales

Tabaco, alcohol, hachís, cocaína, pastillas, calmantes... Cada droga tiene una presencia distinta en los centros de trabajo, pero ninguna está ausente, según el estudio Incidencia de la droga en el mundo laboral, que presentaron ayer el Plan Nacional sobre Drogas, Caja Madrid y la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). En general, el consumo de estas sustancias ha bajado algo desde 1996, cuando se elaboró el anterior estudio. Pero esta tendencia cambia si se distingue entre trabajadores ocupados y parados. En cinco años ha aumentado la prevalencia de las drogas ilegales...

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Tabaco, alcohol, hachís, cocaína, pastillas, calmantes... Cada droga tiene una presencia distinta en los centros de trabajo, pero ninguna está ausente, según el estudio Incidencia de la droga en el mundo laboral, que presentaron ayer el Plan Nacional sobre Drogas, Caja Madrid y la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). En general, el consumo de estas sustancias ha bajado algo desde 1996, cuando se elaboró el anterior estudio. Pero esta tendencia cambia si se distingue entre trabajadores ocupados y parados. En cinco años ha aumentado la prevalencia de las drogas ilegales entre los desempleados. 'Puede considerarse que el paro es un factor de riesgo para la drogadicción', como afirmó el director de la FAD, Ignacio Calderón.

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Esta diferencia también se nota en las pautas de consumo. En todos los grupos lo normal es mezclar varias sustancias, pero en combinaciones diferentes. Los ocupados se decantan por agrupar psicoestimulantes (speed, anfetaminas, drogas de síntesis y cocaína), y los parados añaden hachís a este cóctel, una sustancia cuyo consumo va en aumento y que tiende a ser 'cada vez más aceptado socialmente', según el subdelegado del Plan contra la Droga, Emiliano Martín.

La mayoría de los consumidores son hombres, salvo en el caso de los tranquilizantes y los somníferos. Pero cada sustancia tiene un perfil. Los solteros jóvenes que viven en la cornisa cantábrica y Navarra y están empleados en la construcción son los más aficionados a la cocaína. Los directores y gerentes tienen en común con las mujeres que son quienes toman más tranquilizantes y somníferos. En cambio, las drogas de síntesis son más frecuentes en Madrid y en las clases altas, según el estudio. Los cuadros medios y los trabajadores del metal, de las eléctricas y de las empresas de automóviles tienen las tasas más altas de consumo de alucinógenos.

Agobio en el trabajo

El estudio también señala la influencia de ciertas situaciones laborales en el consumo de drogas. Tienen más tendencia a las adicciones quienes sienten agobio en el trabajo, sufren inseguridad y precariedad laboral o realizan tareas rutinarias o no tienen perspectivas de promoción laboral. Pero quienes más peligro tienen son las mujeres que se hacen cargo de las tareas domésticas además del trabajo. Hasta un 64,6% de ellas 'está en situación de riesgo', sobre todo de adicción a tranquilizantes y somníferos.

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