Schröder baraja obligar a los jóvenes en paro a trabajar en cualquier punto del país

El canciller alemán convierte la reforma del desempleo en su principal baza electoral

En el último debate parlamentario previo al receso estival, el canciller alemán, Gerhard Schröder, mostró ayer que quiere llevar a cabo una radical reforma del régimen de desempleo. Ésta podría incluir la obligación de los jóvenes en paro de aceptar un empleo en cualquier punto del país. La reforma es la principal baza electoral de Schröder para el 22 de septiembre. El proyecto, a cargo de una comisión de expertos, contempla también una drástica expansión del empleo temporal, y la reducción de ayudas para parados de larga duración. Los sindicatos ya han mostrado su inquietud por el plan.
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En el último debate parlamentario previo al receso estival, el canciller alemán, Gerhard Schröder, mostró ayer que quiere llevar a cabo una radical reforma del régimen de desempleo. Ésta podría incluir la obligación de los jóvenes en paro de aceptar un empleo en cualquier punto del país. La reforma es la principal baza electoral de Schröder para el 22 de septiembre. El proyecto, a cargo de una comisión de expertos, contempla también una drástica expansión del empleo temporal, y la reducción de ayudas para parados de larga duración. Los sindicatos ya han mostrado su inquietud por el plan.

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El presidente de la comisión de expertos, Peter Hartz, un directivo de Volkswagen, ha prometido que de esta manera, en tres años, se podrá reducir a la mitad el número de parados alemanes, que en la actualidad ronda los 3,9 millones, sólo 100.000 personas menos que en junio de 1998, cuando Schröder aún no había asumido el poder. Hace cuatro años, el político socialdemócrata había prometido reducir el desempleo hasta 3,5 millones de personas.

Pese a que la economía alemana se esté recuperando lentamente de la leve recesión en la que entró en el segundo semestre del año pasado, la situación en el mercado laboral difícilmente mejorará de aquí hasta las elecciones. El mismo Schröder se adelantó ayer a la publicación de las nuevas estadísticas del paro, el próximo martes, al admitir que 'estas cifras no darán lugar al optimismo'.

Mínimo descenso

Según informaciones del diario Bild, el total de alemanes que en junio estaban inscritos en las oficinas de desempleo sólo se redujo mínimamente, hasta los 3,93 millones de personas, el mayor nivel en este mes desde hace tres años.

En vista de estas cifras, las loas a la fortaleza exportadora de Alemania pronunciadas ayer por Schröder en una declaración de Gobierno ante la Cámara baja del Parlamento (Bundestag) pueden sonar a sarcasmo. 'Todos los expertos están de acuerdo: la economía alemana es más competitiva que nunca antes', sostuvo el canciller, antes de afirmar que el Gobierno mantiene su modesta previsión de crecimiento para este año (0,75%) y eleva (por motivos electorales, quizás) aquella correspondiente al próximo ejercicio (entre el 2,5% y el 3%; hasta ahora sólo se hablaba del 2,5%).

La reforma del régimen de desempleo, tal y como proyecta la Comisión Hartz, que presentará oficialmente su plan el 16 de agosto, prevé medidas que flexibilizarán mucho el mercado laboral. Jóvenes parados, solteros y sin hijos podrán ser obligados a aceptar puestos de trabajo en todo el país, incluso si el sueldo es menor al anterior, so pena de ver reducidos sus subsidios. Además, aquellos que llevan más de seis meses en el paro serán obligados a incorporarse a programas de empleo temporal, gestionados directamente por la oficinas de empleo.

Paralelamente, se intentará incentivar el trabajo autónomo, incluso de aquellos que todavía cobren el paro. Los desempleados de larga duración (cerca de un tercio del total), después de un periodo aún por determinar, dejarán de cobrar el paro y ya sólo recibirán un subsidio social.

Mediación

Además, las oficinas de empleo deberán mediar de una manera mucho más eficiente entre las empresas que buscan trabajadores (cuyas cotizaciones de desempleo disminuirán si dan a conocer rápido sus vacantes) y los desempleados, que deberán acudir a este organismo inmediatamente después de ser despedidos en su anterior puesto de trabajo.

Toda una batería de medidas, en suma, 'visionarias, innovadoras y prometedoras', en las eufóricas palabras de Schröder, quien ayer prometió poner en marcha algunas de ellas incluso antes de las elecciones y hoy debatirá la reforma con los líderes sindicales.

Sin alzar demasiado la voz, algunos de ellos han advertido ya de que no están dispuestos ni a aceptar recortes en las prestaciones sociales ni a permitir que se socave el actual régimen laboral con una fuerte extensión del trabajo temporal y autónomo.

El canciller Schröder, durante su intervención parlamentaria de ayer.AP

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