Reportaje:

Inversiones sin privilegios

El vicepresidente de Cuba se entrevista en Barcelona con un grupo de empresarios catalanes El vicepresidente de Cuba se entrevista en Barcelona con un grupo de empresarios catalanes

'Por ser catalán o español no habrá ningún régimen especial para las inversiones. Eso sería injusto'. El vicepresidente de Cuba, José Ramón Fernández, rechazó ayer, tras pedir inversiones para su país, dar ventajas a las catalanas.

Fernández compartió un almuerzo con una treintena de empresarios catalanes, entre los que se encontraban los responsables de Agbar, Caixa Catalunya, Banco Sabadell, Petroquímicas y Durero, organizado por la escuela de negocios ESADE.

El vicepresidente cubano, que vestía un traje azul oscuro, muy distinto del clásico uniforme de Fidel Castro, dio mue...

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'Por ser catalán o español no habrá ningún régimen especial para las inversiones. Eso sería injusto'. El vicepresidente de Cuba, José Ramón Fernández, rechazó ayer, tras pedir inversiones para su país, dar ventajas a las catalanas.

Fernández compartió un almuerzo con una treintena de empresarios catalanes, entre los que se encontraban los responsables de Agbar, Caixa Catalunya, Banco Sabadell, Petroquímicas y Durero, organizado por la escuela de negocios ESADE.

El vicepresidente cubano, que vestía un traje azul oscuro, muy distinto del clásico uniforme de Fidel Castro, dio muestras de su sentido del humor durante el encuentro. Con tono jocoso inició la rueda de prensa. Al entrar en el auditorio de ESADE se negó a situarse en el estrado y se necesitó del esfuerzo de los organizadores para evitar que rompiera las reglas. Del mismo modo, arrancó risas al referirse al estado de salud de Fidel Castro. 'Es excelente, como el mío', dijo mientras ponía de pie sus 1,80 metros de altura y mostraba sus bien llevados 79 años. Sólo se puso serio al hablar de la gestión 'brutal' de Estados Unidos contra Cuba y al reafirmar que el socialismo en la isla será 'irrevocable'.

Fernández, fundador del Partido Comunista de Cuba, clausuró su primera jornada en Barcelona con su visita al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. La reunión, que duró una hora, se produjo casi un mes después de que el conseller en cap, Artur Mas, no fuera recibido por Castro en su visita a la isla.

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