Crítica:

El ritual nacionalista

El fin de las ideologías universalistas no está dejando paso al vacío, sino dando lugar a nuevas formas de vinculación entre la mentalidad social y la acción política. En el marco de este proceso hay que incluir tanto la aparición de movimientos en que la política se encuentra inspirada por el hecho religioso (caso del integrismo islámico) como la revitalización, casi siempre cargada de irracionalismo, de los nacionalismos forjados desde la perspectiva de Mazzini como religiones políticas. En un libro capital para la comprensión del tema, Las religiones de la política, Emilio Gentile ha...

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El fin de las ideologías universalistas no está dejando paso al vacío, sino dando lugar a nuevas formas de vinculación entre la mentalidad social y la acción política. En el marco de este proceso hay que incluir tanto la aparición de movimientos en que la política se encuentra inspirada por el hecho religioso (caso del integrismo islámico) como la revitalización, casi siempre cargada de irracionalismo, de los nacionalismos forjados desde la perspectiva de Mazzini como religiones políticas. En un libro capital para la comprensión del tema, Las religiones de la política, Emilio Gentile ha destacado cómo esa adscripción se aparta del enlace entre religión política y democracia que pudo constatarse en las revoluciones del siglo XVIII. Ahora prevalece en cambio una nueva vinculación, esta vez con orientaciones de signo totalitario.

EL MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN NACIONAL VASCO, UNA RELIGIÓN DE SUSTITUCIÓN

Izaskun Sáez de la Fuente

Desclée de Brouver

Bilbao, 2002

310 páginas. 17,50 euros

Es lo que sucede con el nacionalismo vasco radical, inspirado en Sabino Arana y encarnado hoy en ETA y el MLNV. Hace ya algunos años que subrayé ese carácter en un libro precisamente titulado La religión política, pero faltaba un análisis pormenorizado de los fundamentos doctrinales, la evolución de ese rasgo a lo largo de la historia del nacionalismo y sobre todo del despliegue que esa peculiar práctica religioso-política alcanza en el mundo abertzale controlado por ETA. Es el espacio que viene a cubrir la investigación de Izaskun Sáez de la Fuente, de una manera sistemática y lúcida que permite apreciar muy bien no sólo los componentes de la creencia, sino su proyección concreta en los planos simbólico y de ordenación de un ritual. Se trata de prolongar el planteamiento peneuvista de los años treinta, al definir al partido como 'un pueblo en marcha', poniendo ahora en juego toda una serie de elementos de movilización y de control susceptibles de garantizar la ortodoxia comunitaria y un alto grado de cohesión interna. 'En analogía con un organismo vivo, el MLNV acentúa los rasgos de una microsociedad autosuficiente y defensiva, donde la división entre la vida pública y la vida privada resulta cada vez más tenue. Los militantes o votantes experimentan la cotidianeidad bajo sus símbolos y mitos'. El análisis pormenorizado de los mismos no es, pues, algo suntuario, sino que proporciona el medio para entender tanto el sentido de la ideología como el patrón a que se ajusta las formas de acción social y política del nacionalismo radical.

Sáez de la Fuente recuerda con acierto la observación de Weber de que toda comunidad creyente se articula en torno a un líder carismático. En este caso, el mesías buscado no es un personaje individual, sino la organización terrorista. El agregado de organizaciones y estilos de militancia se aglutina en torno a ese núcleo, con la violencia como rasgo definitorio y la exclusión de todo pluralismo por efecto principal. Sáez de la Fuente da así un paso más, y de especial relevancia en la comprensión del significado político del nacionalismo radical vasco.

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