Las prisiones de Arrecife, Las Palmas y Tenerife son las más saturadas
Los centros penitenciarios canarios y en especial los de Arrecife -que alberga a los reclusos de las islas de Lanzarote y Fuerteventura- y de Las Palmas de Gran Canaria son los que presentan los índices de ocupación más preocupantes de España. Ambos se encuentran por encima de su capacidad operativa, lo que quiere decir que más de la mitad de sus celdas están ocupadas por dos internos.
'Los problemas de las cárceles canarias se deben a la circunstancia coyuntural de la inmigración', explica Ángel Yuste, director general de Instituciones Penitenciarias. 'Los centros están pensados para a...
Los centros penitenciarios canarios y en especial los de Arrecife -que alberga a los reclusos de las islas de Lanzarote y Fuerteventura- y de Las Palmas de Gran Canaria son los que presentan los índices de ocupación más preocupantes de España. Ambos se encuentran por encima de su capacidad operativa, lo que quiere decir que más de la mitad de sus celdas están ocupadas por dos internos.
'Los problemas de las cárceles canarias se deben a la circunstancia coyuntural de la inmigración', explica Ángel Yuste, director general de Instituciones Penitenciarias. 'Los centros están pensados para acoger a la población reclusa local, pero no a todos aquellos que comenten delitos contra los derechos de los extranjeros, como por ejemplo los patrones de las pateras'.
Desde hace casi diez años, el Gobierno prevé la construcción de una nueva prisión en Gran Canaria, 'pero todavía no se ha conseguido llegar a un acuerdo con los ayuntamientos de la isla, que no quieren ceder terreno para construirla', explica Yuste. La necesidad de la nueva cárcel es manifiesta, ya que mientras que en el resto del país el plan seguido por Instituciones Penitenciarias es el de cerrar centros viejos para abrir otros con mejores instalaciones y equipamientos, en Canarias ninguno de los tres existentes será clausurado cuando por fin se consiga inaugurar el nuevo.
El problema afecta sobre todo a los presos canarios, casi todos penados, que muchas veces deben de ser trasladados a otras cárceles de la Península con el consiguiente fastidio para sus familiares.