Descubierta la proteína que causa hepatitis tras un trasplante de hígado

Investigadores sevillanos hallan la causa de un problema que afecta al 20% de pacientes

Al menos uno de cada cinco trasplantados de hígado sufre un tipo de hepatitis, denominada de novo, que antes del tercer año ocasiona al enfermo trastornos graves y, a veces, rechazo. Pero por fin este problema parece resuelto. Un equipo médico del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, en el que han participado investigadores del servicio de inmunología y de la unidad de trasplante hepático, ha averiguado tras cinco años de investigación avanzada (con las más modernas técnicas de biología molecular, clonación de genes y secuenciación de ADN) que la hepatitis de novo, una enfermeda...

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Al menos uno de cada cinco trasplantados de hígado sufre un tipo de hepatitis, denominada de novo, que antes del tercer año ocasiona al enfermo trastornos graves y, a veces, rechazo. Pero por fin este problema parece resuelto. Un equipo médico del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, en el que han participado investigadores del servicio de inmunología y de la unidad de trasplante hepático, ha averiguado tras cinco años de investigación avanzada (con las más modernas técnicas de biología molecular, clonación de genes y secuenciación de ADN) que la hepatitis de novo, una enfermedad autoinmune, se produce por incompatibilidad genética.

Los investigadores sevillanos han comprobado que una proteína, la transferasa GSTT1, presente en el hígado injertado, es la causante del rechazo. Ninguno de los cuatro pacientes sobre los que se ha sistematizado el estudio era portador de la citada proteína, que sí aparecía en los hígados injertados. Según Antonio Núñez, jefe del Servicio de Inmunología, 'lo probable es que haya sistemas de histoincompatibilidad específicos de tejidos y órganos que cada equipo de trasplante deberá tener en cuenta'.

Esto es lo que hace verdaderamente importante el hallazgo. Porque, según los investigadores, se abre una nueva vía. 'Más que para mejorar la práctica de los trasplantes, habría que entenderlo en el sentido conceptual', precisa Núñez, pues permite que otros rechazos, como los renales y cardiacos, puedan evitarse al deberse más a un 'conflicto' genético que a problemas de tipo autoinmune, como se creía.

Según José Manuel Sousa, el hepatólogo que ha dirigido una parte importante de estos trabajos, 'lo que ha conseguido este equipo ha sido tipificar los anticuerpos, saber contra qué se manifestaban y desentrañar el mecanismo por el que se desencadena la enfermedad'. Así pues, a partir de ahora, los cirujanos hepáticos tendrán a su disposición una información más precisa que les permitirá abordar con más garantías la hepatitis de novo.

Como dice Núñez, el hallazgo cobra especial relevancia en estos momentos. A partir de ahora, una sencilla prueba genética, realizada al injerto y al receptor antes de iniciarse el trasplante, evitará el fracaso quirúrgico, o lo paliará al menos, en caso de que el trasplante sea inevitable y surjan, posteriormente, complicaciones.

Ángel Bernardos, jefe de la Unidad de Trasplante Hepático del hospital sevillano, que lleva 12 años haciendo este tipo de injertos -'exactamente he realizado 365 trasplantes de hígado', precisa- insiste en la importancia que tienen las investigaciones llevadas a cabo por este equipo de científicos: 'Nos adentramos en un nuevo concepto que va a permitirnos, a los médicos clínicos, entender mejor por qué se produce el rechazo de algunos órganos injertados'.

Ésta es la primera vez en el mundo que un equipo científico concluye una investigación de este tipo. Otros equipos, en otros hospitales, vienen trabajando sobre la hepatitis autoinmune de novo, pero ninguno hasta ahora ha concluido que el rechazo es de tipo genético, provocado por la transferasa GSTT1.

De la importancia del trabajo realizado por este equipo investigador da fe la publicación reciente del mismo en la prestigiosa revista Clinical and Experimental Immunology y el premio otorgado por la Federación Europea de Inmunogenética al 'mejor descubrimiento científico' del año. De este descubrimiento podrán beneficiarse un 20% de los trasplantados hepáticos.

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