RANCHERAS Y FLORES PARA MARÍA BONITA

Una muchedumbre despide a María Félix entre mariachis, intelectuales y políticos

El presidente Fox atribuye a la actriz un activismo democrático que muchos le niegan de plano

La lengua siempre la tuvo viperina, y una dieta de pollo hervido conservó en su lugar la cintura de María Félix, La Doña, velada ayer en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana por una muchedumbre que la glorificó hasta la hipérbole. "¡Maríaaa, Maríaaa!". Violines, políticos, intelectuales y pueblo despidieron a una mujer que, según el Nobel Octavio Paz, nació dos veces: cuando fue parida y cuando se inventó a sí misma. Magnánimo, el presidente, Vicente Fox, le atribuyó un activismo por la democracia que asombró a quienes, de verdad, lucharon por ella. "Lo digo desde mi propio...

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La lengua siempre la tuvo viperina, y una dieta de pollo hervido conservó en su lugar la cintura de María Félix, La Doña, velada ayer en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana por una muchedumbre que la glorificó hasta la hipérbole. "¡Maríaaa, Maríaaa!". Violines, políticos, intelectuales y pueblo despidieron a una mujer que, según el Nobel Octavio Paz, nació dos veces: cuando fue parida y cuando se inventó a sí misma. Magnánimo, el presidente, Vicente Fox, le atribuyó un activismo por la democracia que asombró a quienes, de verdad, lucharon por ella. "Lo digo desde mi propio corazón. Fue una de las impulsoras del cambio democrático en el país", dijo Fox.

Probablemente convenga remitirse a las memorias de la difunta para encontrar la equidistancia entre la adhesión incondicional y la tajante negación de cualquier virtud. "Durante mi vida he sido acusada del secuestro de mi propio hijo, del asesinato de mi secretaria, del robo del collar que se me dio como regalo de bodas", escribió en Todas mis guerras, su biografía. "También de haberme casado con un hombre sólo por su dinero, de ser amante de otro con miras publicitarias, de lesbianismo y hasta de ser adicta a las drogas. No pretendo ser un ángel porque para eso se necesita aureola, pero tampoco soy el diablo en forma de mujer".

Vicente Fox y su esposa, Martha Sahagún, junto al féretro de María Félix.REUTERS
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