La firma constructora japonesa Sato y ocho filiales van a la quiebra
Las deudas son de 4.200 millones de euros
La constructora Sato Kogyo, décima de Japón, y ocho filiales de su grupo se declararon ayer en quiebra con deudas superiores a los 500.000 millones de yenes (unos 3.700 millones de dólares, más de 4.200 millones de euros), según informó la compañía. La empresa está especializada en obras de ingeniería civil y en 1999 se había beneficiado de un programa de reducción de deudas concedido por sus bancos acreedores.
Es la novena empresa de las que cotizan en la primera sección de la Bolsa de Tokio en declararse en bancarrota este año. Había solicitado la protección del Tribunal del Distrito ...
La constructora Sato Kogyo, décima de Japón, y ocho filiales de su grupo se declararon ayer en quiebra con deudas superiores a los 500.000 millones de yenes (unos 3.700 millones de dólares, más de 4.200 millones de euros), según informó la compañía. La empresa está especializada en obras de ingeniería civil y en 1999 se había beneficiado de un programa de reducción de deudas concedido por sus bancos acreedores.
Es la novena empresa de las que cotizan en la primera sección de la Bolsa de Tokio en declararse en bancarrota este año. Había solicitado la protección del Tribunal del Distrito de Tokio frente a sus acreedores después de intentar reestructurase sin éxito en los últimos tres años. Sato Kogyo, especializada en grandes obras de ingeniería civil, como el túnel submarino que une la mayor isla de Japón, Honshu, con la más septentrional del país, Hokkaido, dependía para su supervivencia de nuevos apoyos de sus bancos acreedores: el Dai-Ichi Kangyo, el Fuji y el Industrial de Japón, que forman la sociedad de cartera Mizuho.
En mayo de 1999 ya se benefició de una condonación de deudas de 120.000 millones de yenes (unos 1.050 millones de euros) que le concedió la banca acreedora. Según el Instituto Privado Teikoku Databank, las deudas del grupo Sato Kogyo ascienden a 567.540 millones de yenes (más de 4.200 millones de euros).
La constructora, fundada en 1862 y con una plantilla de unos 4.500 trabajadores, realizaba numerosos proyectos de obras públicas como puentes, pantanos y túneles, o privados, como campos de golf, pero la reducción de los mismos debido a la larga crisis económica japonesa la han llevado a la quiebra.
En el año fiscal 2000, que terminó el pasado 31 de marzo, obtuvo beneficios netos de 4.800 millones de yenes (unos 40 millones de euros) e ingresos de 472.000 millones de yenes (casi 3.600 millones de euros).