Blair y Schröder reclaman que los Estados tengan mayor peso en la UE

La propuesta irrita al Ejecutivo de Bruselas y a la Convención sobre el futuro de la UE

Sólo unos días antes de que la Convención sobre el futuro de la UE empiece a andar el próximo jueves, los Gobiernos británico y alemán ya han adelantado algunas de sus ideas claves al respecto. De sus propuestas se deduce claramente un plan para que el Consejo de la Unión, los Estados, ganen peso y poder frente a la Comisión Europea, que ahora se siente 'marginada', en palabras de uno de sus portavoces. Miembros del Presidium u órgano director de la Convención señalaron ayer que esos líderes 'precondicionan' los trabajos de esa asamblea creada para discutir el futuro de la UE.

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Sólo unos días antes de que la Convención sobre el futuro de la UE empiece a andar el próximo jueves, los Gobiernos británico y alemán ya han adelantado algunas de sus ideas claves al respecto. De sus propuestas se deduce claramente un plan para que el Consejo de la Unión, los Estados, ganen peso y poder frente a la Comisión Europea, que ahora se siente 'marginada', en palabras de uno de sus portavoces. Miembros del Presidium u órgano director de la Convención señalaron ayer que esos líderes 'precondicionan' los trabajos de esa asamblea creada para discutir el futuro de la UE.

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Hasta el momento, los planes más explícitos han partido de Londres y Berlín, pero en su afán por potenciar el papel del Consejo de la UE cuentan ya con la comprensión de Francia, Suecia o España, aunque en este último caso condicionada a que Madrid forme parte del núcleo duro de países grandes que constituirían el grupo dirigente de la Unión.

Uno de los asuntos cruciales encargados para su debate a la Convención, presidida por el francés Giscard d'Estaing, consiste en definir cómo deben funcionar las instituciones europeas cuando la Unión esté formada por 27 o más Estados en lugar de los 15 actuales. A su vez, los líderes europeos encargaron en diciembre al secretario general del Consejo, Javier Solana, que en la próxima cumbre de Barcelona presentara una propuesta para reformar el Consejo de la Unión, en el que están representados los Gobiernos de los Quince.

Pero Berlín y Londres se han adelantado y han presentado sus propuestas al margen de la Convención. El primero en lanzar la piedra fue el ministro británico de Exteriores, Jack Straw, quien la semana pasada propuso acabar con la rotación semestral de presidencias de la UE y crear 'un equipo presidencial' integrado por los presidentes de 10 consejos de ministros sectoriales (en la actualidad hay 16) que se mantendrían como tales durante periodos de dos años y medio. Fuentes oficiales británicas agregaron que en ese equipo presidencial estarían siempre representados 'los cuatro o cinco' países de mayor peso en la UE, mientras los demás accederían de forma rotatoria. Para España, admiten fuentes oficiales, la clave estaría en saber si Madrid está incluida o no en ese directorio, e igual análisis vale para Polonia, con un número de habitantes similar.

Ayer, el canciller alemán, Gerhard Schröder, y el primer ministro británico, Tony Blair, hicieron públicas sus posiciones sobre el futuro del Consejo de la UE. En una carta al jefe del Gobierno español, José María Aznar; al presidente de la Comisión, Romano Prodi; a Javier Solana y a Valéry Giscard d'Estaing, comentan la necesidad de mejorar la eficacia del Consejo y de definir su relación 'con las demás instituciones' de la Unión, a la vez que apuestan, en línea con lo adelantado por Straw, de reducir el número de consejos de ministros de la UE.

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Aunque el documento no va tan lejos como el discurso del ministro británico de Exteriores, todas las fuentes consultadas en Bruselas, incluidas las del Consejo, coinciden en que tanto Londres como Berlín apuestan por reforzar el papel de los Gobiernos en el funcionamiento de la UE. El propio presidente de la Comisión, Romano Prodi, se ha quejado de la deriva 'intergubernamental' que tienen este tipo de propuestas, especialmente las británicas.

Altos cargos de la Comisión entienden que, de seguir adelante, el plan británico y alemán derivará en que el Consejo de la Unión, los Gobiernos, restarán al Ejecutivo comunitario su capacidad de iniciativa legislativa. 'Acabaríamos siendo meros gestores, una especie de gran secretaría', afirman fuentes oficiales en Bruselas, para añadir que entre los Gobiernos de los grandes países de la UE tiene cada vez más apoyos la posibilidad de 'cercenar' importantes competencias hoy en manos de la Comisión, como la Política Regional (fondos europeos), una hipótesis que ya ha sido planteada por el Gobierno alemán.

Por su lado, miembros del Presidium de la Convención acusan a Alemania, y especialmente al Reino Unido, de intentar 'precondicionar' los trabajos de esa asamblea, que empezará a funcionar el jueves tras un solemne acto en Bruselas en el que intervendrán Aznar y Prodi, además de Giscard. 'Londres está jugando muy activamente en esta fase', han señalado esas fuentes.

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