35 profesores eméritos siguen trabajando e investigando en las universidades vascas

El saber que cuida y hace crecer la universidad no sólo se atesora en libros, manuales y fórmulas. También se encuentra en la mente de los profesores que lo imparten. En algunos casos, hay docentes que a lo largo de su trayectoria académica destacan por sus conocimientos, sus investigaciones y sus aportaciones a la docencia y cuando llega la época de la jubilación, ni ellos ni la universidad desean romper los vínculos que les unen.

Para estas situaciones existe en los centros de enseñanza superior una figura especial: el profesor emérito. Aunque la reglamentación y el sistema de designa...

El saber que cuida y hace crecer la universidad no sólo se atesora en libros, manuales y fórmulas. También se encuentra en la mente de los profesores que lo imparten. En algunos casos, hay docentes que a lo largo de su trayectoria académica destacan por sus conocimientos, sus investigaciones y sus aportaciones a la docencia y cuando llega la época de la jubilación, ni ellos ni la universidad desean romper los vínculos que les unen.

Para estas situaciones existe en los centros de enseñanza superior una figura especial: el profesor emérito. Aunque la reglamentación y el sistema de designación varía en función de los estatutos de las propias universidades, sus características y funciones suelen ser similares: es un título de carácter honorífico, alejado de la enseñanza reglada y centrado en la investigación y en la participación en programas de tercer ciclo como doctorados.

'El número de elegidos es menor que el de candidatos', dice Víctor Urrutia

En general, su número no es muy elevado. En lo referente a las universidades vascas, son 35 los profesores que, como eméritos, mantienen de manera activa su relación académica con la institución educativa de la que han formado parte durante muchos años.

La Universidad del País Vasco (UPV) cuenta con 13 docentes eméritos. El proceso que lleva a un profesor de la universidad pública vasca a formar parte de este grupo es largo y lleno de filtros, como señala el vicerrector de Profesorado de la UPV, Víctor Urrutia. 'No todos las propuestas que recibimos siguen adelante. El número de docentes elegidos es menor que el número de solicitudes que recibimos', aclara.

La petición arranca de los consejos de departamento, que son los que trasladan al vicerrector de Profesorado su deseo de que uno de sus docentes continúe, pese a estar a punto de jubilarse, su relación académica. Como argumentos, el consejo remite al Vicerrectorado un currículo del profesor que justifique la relevancia de su carrera académica, así como una memoria de las actividades que pretende desarrollar como emérito.

La Comisión de Profesorado Universitario (CPU) de la UPV realiza un informe escrito de selección en el que propone a los candidatos que considera más adecuados para la concesión de la condición de emérito.

Este documento, de carácter no vinculante, se remite a la comisión del Consejo de Universidades que, a su vez, elabora un informe. De vuelta a la UPV, el vicerrector de Profesorado presenta la propuesta definitiva a la Junta de Gobierno de la universidad, que tiene la última palabra. La vinculación mínima del emérito con la universidad es de tres años que pueden ser prorrogables, aunque su duración es limitada.

Si el profesor ha apurado hasta los 70 años para jubilarse, tan sólo puede solicitar una prórroga, que se le concederá en función de las actividades desarrolladas hasta entonces y de las iniciativas que tiene previsto materializar en los próximos tres años. Si el docente ha optado por jubilarse a los 65, puede continuar manteniendo su contacto con la universidad hasta los 76 años.

La Ley Orgánica de Universidades (LOU) también hace referencia a la figura del emérito, para la que establece la necesidad de crear un contrato laboral que regularice su relación con la universidad, algo que no existía hasta el momento. 'Me parece bien este régimen laboral porque se aprovecha un recurso humano importante para realizar funciones específicas como tutorías y cursos especializados. En cualquier caso, este cambio no va a suponer una modificación en el número de eméritos. Es un grupo pequeño que va a continuar siendo pequeño', señala Víctor Urrutia.

En el caso de la Universidad de Deusto, son 22 los profesores jubilados eméritos. Como en la UPV, su carácter es consultivo y honorífico. Los docentes son elegidos por el rector a propuesta de la junta de la facultad correspondiente y deben tener más de 65 años, haber sido catedrático o profesor titular durante los últimos 10 años y haber prestado servicios a la universidad durante al menos 25 años.