Reportaje:

La guerra de los sexos

Machos y hembras mantienen entre sí una constante 'carrera de armamentos' evolutiva

'Los conflictos evolutivos de intereses entre los sexos son algo corriente'. Y en esta 'carrera de armamentos' entre los sexos, 'la ventaja de uno obtenida gracias a una exageración evolutiva de armamentos, resulta presumiblemente equilibrada por adaptaciones que la contrarresten en el sexo opuesto'. Dos científicos lo explican así en un artículo publicado hoy en la revista Nature. Se refieren a unos insectos del grupo Gerris, al que pertenece el zapatero común (Gerris lacustris).

'En el núcleo de la interacción coevolutiva hay una carrera de armamentos entre los se...

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'Los conflictos evolutivos de intereses entre los sexos son algo corriente'. Y en esta 'carrera de armamentos' entre los sexos, 'la ventaja de uno obtenida gracias a una exageración evolutiva de armamentos, resulta presumiblemente equilibrada por adaptaciones que la contrarresten en el sexo opuesto'. Dos científicos lo explican así en un artículo publicado hoy en la revista Nature. Se refieren a unos insectos del grupo Gerris, al que pertenece el zapatero común (Gerris lacustris).

'En el núcleo de la interacción coevolutiva hay una carrera de armamentos entre los sexos que puede incluir períodos de escalada armamentista y de desarme', afirman Göran Arnqvist (Universidad de Uppsala, Suecia) y Locke Rowe (Universidad de Toronto, Canadá). Al fin y al cabo, los machos y las hembras de una especie están condenados a acoplarse, o la misma especie desaparece. Pero las manifestaciones de esta guerra, la carrera de armamentos en acción, puede ser difícil de identificar.

Arnqvist y Rowe han estudiado el fenómeno en 15 especies de Gerris lacustris, un grupo de insectos semiacuáticos. 'Los apareamientos van precedidos típicamente por una violenta lucha previa en la que las hembras intentan deshacerse de los machos para evitar apareamientos superfluos y costosos', describen los científicos. Ambos sexos se han ido dotando de recursos para tener ventaja en esta lucha: los machos muestran una exagerada prolongación de los genitales prensiles y un abdomen aplanado; las hembras hacen frente al ataque de los machos mediante contraadaptaciones, como la prolongación de espinas y la forma del abdomen que dificulta el agarre de los machos.

Los científicos han analizado cuatro rasgos de comportamientos de estos insectos: duración de la lucha previas al acoplamiento, éxito de los machos, actividad de las hembras y tasa de acoplamiento de éstas.

Arnqvist y Rowe advierten que entre las especies hay muchas diferencias en la carrera de armamentos y en las armas de uno y otro sexo. En su estudio de zapateros comunes concluyen que han identificado una tendencia evolutiva a lo largo de la cual el nivel de armamentos en los dos sexos está, en gran medida, equilibrada. Pero el equilibrio de poder cambia constantemente durante la evolución y cuando los machos tienen armamento superior la tasa de acoplamiento es mayor, mientras que cuando predominan las hembras esa tasa disminuye.

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