Berlín promete flexibilizar el mercado laboral y acelerar las reformas para tratar de sanear las cuentas públicas

Enfrentado a la amonestación de Bruselas, el ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel, se esforzó ayer en desviar las críticas de la Comisión Europea hacia la oposición conservadora, que gobernó el país hasta 1998 y pretende volver a hacerlo tras las elecciones del 22 de septiembre. 'Si Alemania en el pasado no sólo hubiese presionado a los demás países para crear el Pacto de Estabilidad, sino también hubiese optado por una mejor política, su posición hoy sería mejor', sentenció Eichel.

Con todo, Eichel admitió las flaquezas de su propio Gobierno: ante todo, el fracaso de reestructurar ...

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Enfrentado a la amonestación de Bruselas, el ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel, se esforzó ayer en desviar las críticas de la Comisión Europea hacia la oposición conservadora, que gobernó el país hasta 1998 y pretende volver a hacerlo tras las elecciones del 22 de septiembre. 'Si Alemania en el pasado no sólo hubiese presionado a los demás países para crear el Pacto de Estabilidad, sino también hubiese optado por una mejor política, su posición hoy sería mejor', sentenció Eichel.

Con todo, Eichel admitió las flaquezas de su propio Gobierno: ante todo, el fracaso de reestructurar la sanidad, lo que sigue presionando los costes laborales. El ministro, además, resaltó que, en una próxima legislatura, finalmente habrá que flexibilizar al mercado laboral y cambiar el régimen fiscal de los ayuntamientos, donde se ha originado parte del déficit fiscal.

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El ministro destacó que la alerta temprana no objeta la política de austeridad del Gobierno rojiverde, con lo que, a su juicio, hay un 'acuerdo de contenido' con Bruselas. Éste de 'ninguna manera' se pondrá en duda durante las consultas ministeriales del Ecofin, en las que Alemania previsiblemente maniobrará para evitar una amonestación oficial.

Aunque dejó entrever cierto resentimiento con el comisario Pedro Solbes -recordó, por ejemplo, que la amonestación 'podía', pero no 'debía' formularse-, Eichel fue muy cauto en resaltar la 'aceptación incondicional del Pacto de Estabilidad y de sus instrumentos, lo cual significa tomarse en serio el déficit público'.

Detrás de la serenidad del ministro, de hecho, hay una serie de argumentos fuertes, reiterados ayer. Durante los noventa, y como consecuencia de la reunificación, Alemania ha acumulado una gigantesca deuda pública, cuyo ulterior crecimiento intenta frenar el Gobierno rojiverde. Sobre todo al inicio de su gestión, iniciada en 1999, Eichel impulsó importantes medidas como una ambiciosa reforma fiscal y la reestructuración del sistema de pensiones. Sin éstas y otras medidas, el déficit alemán -'exclusivamente originado en la debilidad de la coyuntura'- se situaría bastante 'más allá del 3%', según el ministro.

Alemania apenas creció un 0,6% en 2002. Este año, tan sólo alcanzará un 0,75%, según la previsión oficial contenida en el Informe Económico Anual, también presentado ayer por Eichel, quien reiteró que la recuperación de la coyuntura deberá coger fuerza en el segundo semestre del año. Ello, sin embargo, no evitará que el ejercicio, con toda probabilidad, se cierre con 144.000 desempleados más que en el año pasado.

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