THE INDEPENDENT | REVISTA DE PRENSA

Cómo perder la ventaja moral

Las fotografías de los prisioneros de Afganistán -esposados, afeitados y privados del sentido de la vista, el oído, el tacto e incluso el olfato- confirman la insensatez de EE UU en su determinación de impartir justicia en solitario a los responsables de los asesinatos masivos del 11 de septiembre.

El presidente George Bush pidió al mundo que le apoyara en la guerra en Afganistán y en la búsqueda de los miembros de Al Qaeda en otros lugares, y logró el éxito de ponerse al frente de una coalición sin precedentes. Sin embargo, no parece que la mayoría de los estadounidenses piensen que ot...

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Las fotografías de los prisioneros de Afganistán -esposados, afeitados y privados del sentido de la vista, el oído, el tacto e incluso el olfato- confirman la insensatez de EE UU en su determinación de impartir justicia en solitario a los responsables de los asesinatos masivos del 11 de septiembre.

El presidente George Bush pidió al mundo que le apoyara en la guerra en Afganistán y en la búsqueda de los miembros de Al Qaeda en otros lugares, y logró el éxito de ponerse al frente de una coalición sin precedentes. Sin embargo, no parece que la mayoría de los estadounidenses piensen que otras naciones puedan tener interés en el proceso judicial ahora que varios cientos de supuestos terroristas han sido capturados. (...) La actual Administración (...) evidencia una lamentable incapacidad para comprender que una campaña para defender los valores civilizados tiene que librarse ajustándose escrupulosamente a esos valores. (...) Las pruebas del uso de tortura por parte de tropas de EE UU en Vietnam fueron una de las causas de que aquella guerra se hiciera moralmente indefendible. (...)

(...) pero el daño que las acciones de EE UU han causado a la campaña contra el terrorismo no será reparado hasta que el presidente Bush reconozca la necesidad de implicar a otros países, a través de la ONU, en la administración de justicia de acuerdo con los estándares internacionales más exigentes. Sólo entonces se recuperará la ventaja moral y se ganará la guerra de propaganda contra los enemigos de los valores civilizados.

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Londres, 21 de enero

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