DESAPARECE UN CREADOR TOTAL DE LA ESCENA

Querido Adolfo

A ver, un poco de calma, '¿querido?'. Veremos. Nos conocimos en Azul, rojo, amarillo, de un desaparecido Cantieri. Trabajamos en Radio España con Marroquí y Soler Serrano, y fui yo quien 'compuse' la Leyenda en los bosques de Viena porque tú fuiste incapaz de tararearlo. Tú hiciste En la ardiente oscuridad y yo Medea. Después, ambos radio y el Premio Ondas. Y más tarde dos compañías con los mismos fines, las mismas dificultades, la misma insolencia, tú más, premios, problemas y estoy segura que tú estabas pendiente de cómo me iba como yo estaba pendiente de cómo te ...

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A ver, un poco de calma, '¿querido?'. Veremos. Nos conocimos en Azul, rojo, amarillo, de un desaparecido Cantieri. Trabajamos en Radio España con Marroquí y Soler Serrano, y fui yo quien 'compuse' la Leyenda en los bosques de Viena porque tú fuiste incapaz de tararearlo. Tú hiciste En la ardiente oscuridad y yo Medea. Después, ambos radio y el Premio Ondas. Y más tarde dos compañías con los mismos fines, las mismas dificultades, la misma insolencia, tú más, premios, problemas y estoy segura que tú estabas pendiente de cómo me iba como yo estaba pendiente de cómo te iba. El Sartre, feliz paréntesis. Acepto, ja, ja, ja, ju, ju, ju. Y luego vuelta a los problemas normales, los malos entendidos, 'sin importancia colectiva', como decía Víctor García. Has hecho la mejor carrera que ha hecho nunca un hombre de teatro en España y yo he hecho la mejor carrera que ha hecho nunca una mujer de teatro en España (¿Xirgu incluida?) (No es seguro). Después tuvimos un follón por un teatro. No me acuerdo de qué iba la cosa, pero estuve muy emprenyada. Y van pasando las décadas. A los dos nos va genial, y mira tú por dónde, el seductor Seoane, el irresistible Seoane nos junta en una función que detesto y que se convierte por obra y gracia de tu presencia en escena en una de las aventuras, de los viajes, más estimulantes de nuestras carreras. Lástima que tu malestar te impidiera disfrutar el cien por cien. Así que creo que tu cincuenta por ciento era más intenso y de más calidad que mi cien por cien. Dicen que a Eleonora Duse se le iba el color de la cara, la sangre, mientras leía una carta de abandono en no sé qué obra. En todas las funciones. Eso no es nada comparado con tu transformación al abrirme la puerta para que entrara en 'nuestra casa'. Llegué a olvidar mi texto un par de veces, como recordarás. Hicimos 164 funciones. De ellas 160 buenas y cuatro magistrales, tal cual, ahí queda eso, y los que vengan detrás ja s'apanyaran [...].

Más información

Extracto de la carta que la actriz envió a Marsillach en noviembre de 2001, cuando su enfermedad se había agravado.

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