OPINIÓN DEL LECTOR

El derecho a la libertad

Las personas tienen derecho a la libertad de elegir el tema que crean interesante para informar al público. A algunos les va lo del famoseo o baboseo, a otros el fútbol, y así un sinfín de cuestiones que resultan inacabables. En mi derecho a la libertad, se publiquen o no mis artículos, entiendo que también puede ser atractivo para alguna gente, mucha o poca, el derecho a informar sobre los abusos cometidos por la Seguridad Social en Jaén y refrendados por los juzgados. Adentrándonos, se puede decir que es una auténtica vergüenza, y va a más cada día, el trato que están recibiendo personas con...

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Las personas tienen derecho a la libertad de elegir el tema que crean interesante para informar al público. A algunos les va lo del famoseo o baboseo, a otros el fútbol, y así un sinfín de cuestiones que resultan inacabables. En mi derecho a la libertad, se publiquen o no mis artículos, entiendo que también puede ser atractivo para alguna gente, mucha o poca, el derecho a informar sobre los abusos cometidos por la Seguridad Social en Jaén y refrendados por los juzgados. Adentrándonos, se puede decir que es una auténtica vergüenza, y va a más cada día, el trato que están recibiendo personas con graves enfermedades, y algunos incluso fallecidos, por parte tanto de la Seguridad Social como de los juzgados de lo social de Jaén, y así a personas con sida, cáncer, parálisis y otras graves enfermedades, tanto los jueces y las juezas deniegan el derecho a prestaciones sociales.

Algunos se preguntarán si estos jueces y juezas están asesorados por eminentes médicos que les indican quién está bueno o malo, pero parece ser que no es así, ya que por no haber en los juzgados de lo social de Jaén no hay ni diccionarios médicos, pero a los jueces y juezas no les hace falta ni médicos, ni diccionarios, ni ningún otro material, porque desde hace bastante tiempo mantienen el criterio de denegar todo lo que huele a obrero, porque algunos juzgados en lugar de ser sedes judiciales más bien se asemejan a un cortijo, donde las sentencias rezuman un cierto tufillo militar-reaccionario, y donde un señor o señora que ha entrado de juez de no sé qué turno, o de no sé qué oposición restringida, están haciendo una auténtica carnicería silenciada por los que nunca deberían de permitir estas barbaridades.

Como el tema de la injusticia con los más débiles y pobres da muchos problemas y pocos beneficios, es más interesante no abordarlo, y a lo mejor dentro de 50 años podrán decir otros ¿era esto posible? Esto sí es posible, está ocurriendo, y se puede comprobar, por ejemplo, con la lectura de las sentencias del último año.

No puede haber en un estado de derecho situaciones de prevalencia e impunidad y que cada palo aguante su vela.

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