El peligro del envejecimiento

Desde que nació la oveja Dolly y se demostró la viabilidad de la técnica, se ha suscitado repetidamente la cuestión de si estos clones procedentes de células viejas presentarán síntomas de envejecimiento prematuro. Hasta ahora no ha pasado el tiempo suficiente ni existen los suficientes animales clonados como Dolly para poder dar una respuesta. Ya en 1999, Wilmut dijo que había encontrado una diferencia en los cromosomas de Dolly, que podría indicar un envejecimiento prematuro. Esta conclusi...

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Desde que nació la oveja Dolly y se demostró la viabilidad de la técnica, se ha suscitado repetidamente la cuestión de si estos clones procedentes de células viejas presentarán síntomas de envejecimiento prematuro. Hasta ahora no ha pasado el tiempo suficiente ni existen los suficientes animales clonados como Dolly para poder dar una respuesta. Ya en 1999, Wilmut dijo que había encontrado una diferencia en los cromosomas de Dolly, que podría indicar un envejecimiento prematuro. Esta conclusión no fue aceptada por muchos especialistas en envejecimiento celular.

Desde entonces se han hecho diversos estudios de animales clonados vivos y los resultados son bastante positivos. En uno sobre 30 vacas clónicas al estilo de Dolly, seis murieron al poco tiempo de nacer, pero las 24 restantes no muestran defectos ni disfunciones y su capacidad reproductiva es normal. En este último aspecto, Dolly también ha resultado ser normal y ha parido ya seis corderos.

Lo que sí se ha confirmado es que clonar animales no es nada fácil y que algunas especies se resisten. Se han podido clonar ovejas, vacas, ratones, cabras y cerdos, pero no se han conseguido clonar conejos, ratas, gatos, perros y monos. Un reciente ensayo con embriones humanos no llegó más allá de las seis células. En general, son necesarios miles de intentos para obtener unos pocos animales vivos. En el reciente caso de los cerdos clonados para trasplantes se implantaron 3.000 embriones en 28 hembras, y se obtuvieron cuatro cerdos.

Más alarmante es el estudio del producto inmediato de la clonación (los embriones de pocas células). Al presentar en diciembre pasado los resultados en monos, la científica Tanja Dominko no dudó en referirse a los 300 embriones que produjo en tres años, ninguno de los cuales llegó siquiera a la fase de embarazo, como su 'galería de los horrores'. Encontró todo tipo de anormalidades en las células, desde múltiples núcleos hasta ausencia de cromosomas o células con apariencia cancerosa. Probablemente lo mismo sucede cuando se clonan especies domésticas, pero la mayor disponibilidad de óvulos hace posible un número mucho mayor de intentos y al final se obtienen algunos, muy pocos, éxitos.

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