COYUNTURA INTERNACIONAL

La trampa argentina

El nuevo presidente de Argentina, el peronista Adolfo Rodríguez Saá, que ha sucedido al radical Fernando de la Rúa, ha propuesto la creación de una tercera moneda (se va a denominar argentino), cuya introducción debería permitir una salida al actual régimen de convertibilidad y una alternativa a la devaluación del peso argentino y a la dolarización. Sin embargo, esta maniobra parece más bien un disfraz para una devaluación.

A pesar de que los argentinos se emitirán con un valor nominal igual al peso y al dólar de Estados Unidos, nadie en su sano juicio aceptará una moneda sin ningún tip...

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El nuevo presidente de Argentina, el peronista Adolfo Rodríguez Saá, que ha sucedido al radical Fernando de la Rúa, ha propuesto la creación de una tercera moneda (se va a denominar argentino), cuya introducción debería permitir una salida al actual régimen de convertibilidad y una alternativa a la devaluación del peso argentino y a la dolarización. Sin embargo, esta maniobra parece más bien un disfraz para una devaluación.

A pesar de que los argentinos se emitirán con un valor nominal igual al peso y al dólar de Estados Unidos, nadie en su sano juicio aceptará una moneda sin ningún tipo respaldo por el mismo valor de un dólar.

El problema más grave es que no se están tomando las precauciones necesarias a la hora de abandonar una paridad del peso con el dólar en una economía que está virtualmente dolarizada.

No se están tomando precauciones a la hora de abandonar una paridad del peso con el dólar en una economía que está virtualmente dolarizada

En efecto, gran parte de las empresas tienen su deuda denominada en dólares, por lo que el menor valor en esta divisa de sus ingresos fruto de la devaluación de los argentinos podría desembocar en serias dificultades para el sector productivo y se extendería al sistema financiero, con el consiguiente peligro de caer en una crisis de proporciones mayores a la que se padece en la actualidad.

La propuesta más lógica para evitar esta situación -transformar la deuda a la misma moneda en la que se obtienen los ingresos, en este caso 'argentinizar' la mencionada deuda- no ha sido estimada.

Por otro lado, el abandono de la convertibilidad exige, en Argentina, posiblemente más que en ningún otro país, la creación de un marco monetario que esté dirigido al control de la inflación.

Sin embargo, bajo el nuevo esquema, la emisión de argentinos se hará sin ninguna limitación institucional, lo que conlleva serios riesgos de caer en una hiperinflación, más aún si tenemos en cuenta la escasa preocupación que están mostrando las nuevas autoridades, volcadas en intentar reactivar la economía, por mantener un equilibrio fiscal.

De esta forma, más que una salida 'ordenada' de la convertibilidad, como lo señala el presidente, la falta de medidas que deben acompañar a la nueva moneda puede terminar por sumir a la República Argentina en un desorden aún mayor.

Lucas Vigier y Amadeo Reynés son, respectivamente, analista de América Latina de A. F. I. y consejero delegado de AFINET.

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