La Comisión Europea dice que la UE ha perdido 'coherencia y ambición'

Jacques Delors lanza su candidatura para presidir la Convención sobre el futuro de Europa

La Comisión Europea difundió ayer un crítico documento previo a la cumbre europea de Laeken-Bruselas de la próxima semana, en el que asegura que el proyecto europeo, quizás por los éxitos logrados en sus 50 años de historia, 'ha perdido progresivamente su coherencia y su ambición política inicial'. El documento destaca la importancia que tendrá la Convención sobre el futuro de Europa, que será lanzada en esa cumbre europea. El francés Jacques Delors, el carismático ex presidente de la Comisión, se ha mostrado dispuesto a presidirla.

En el documento hecho público ayer, el Ejecutivo europ...

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La Comisión Europea difundió ayer un crítico documento previo a la cumbre europea de Laeken-Bruselas de la próxima semana, en el que asegura que el proyecto europeo, quizás por los éxitos logrados en sus 50 años de historia, 'ha perdido progresivamente su coherencia y su ambición política inicial'. El documento destaca la importancia que tendrá la Convención sobre el futuro de Europa, que será lanzada en esa cumbre europea. El francés Jacques Delors, el carismático ex presidente de la Comisión, se ha mostrado dispuesto a presidirla.

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En el documento hecho público ayer, el Ejecutivo europeo destaca implícitamente el escaso peso internacional que tiene la UE y se refiere explícitamente a la actual crisis mundial. 'Los ataques del 11 de septiembre han mostrado la vulnerabilidad de la democracia y la libertad', señala, para añadir: 'Sólo la integración puede permitir a los europeos pesar sobre el devenir del mundo, a condición de que hablen con una sola voz'.

Para la Comisión, Europa tiene que responder claramente en los próximos meses a dos preguntas clave: '¿Qué queremos hacer juntos?' y '¿cómo reforzar la legitimidad democrática y la eficacia del sistema institucional europeo?'. Para empezar a dirimir estas cuestiones, a partir de febrero del año que viene comenzará su andadura esa Convención, en la que estarán representados los Gobiernos de los Quince, los Parlamentos nacionales, el Parlamento Europeo y la Comisión. Los países candidatos también contarán con representantes.

La Convención, una fórmula similar a la que se utilizó para elaborar la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, centrará sus trabajos en los cuatro puntos acordados en la cumbre de Niza: el reparto de competencias entre los Estados y las instituciones europeas (una cuestión clave para los länder alemanes), el papel que deben desempeñar en la UE los Parlamentos nacionales, la simplificación de los tratados y la inclusión en los mismos de la Carta de Derechos. La Comisión entiende que también deben abordarse otros asuntos polémicos como el abuso del derecho al veto, la política exterior de la UE o la cooperación en materia judicial y policial.

Los líderes europeos, seguramente para no verse muy condicionados por las conclusiones de la Convención, prefieren que éstas sean abiertas para que sea después una conferencia intergubernamental la que tenga más libertad para tomar las últimas decisiones. 'Las conclusiones de la Convención no pueden ser una lista de la compra', advirtió ayer el presidente de la Comisión, Romano Prodi. 'Tampoco queremos abrir un abanico de temas polémicos, sino una reflexión', puntualizó el comisario Michel Barnier, seguramente en referencia a que inicialmente no estarán incluidos espinosas propuestas como la redacción de una Constitución europea que rechazan el Reino Unido y los nórdicos.

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En la cumbre de Laeken, prevista para los próximos 14 y 15, los Quince designarán quién presidirá la Convención. Debe ser 'una personalidad con autoridad europea incontestable', señaló ayer la Comisión. Hasta esta semana, los candidatos eran el ex presidente francés Valéry Giscar d'Estaing, el ex primer ministro italiano Giuliano Amato, el ex presidente finlandés Martti Ahtisaari y los primeros ministros de Portugal y Holanda, Antonio Guterres y Wim Kok, respectivamente.

Pero esta semana acaba de sumarse la candidatura aparentemente más fuerte y sin duda la más polémica: la del ex presidente de la Comisión Jacques Delors, cuyas ambiciosas iniciativas siempre han contado con el apoyo de numerosos Estados, pero también con la animadversión de otros, como es el caso del Reino Unido.

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