Les Valls d'Aguilar renuncia a construir un vertedero por la oposición de los vecinos

El Ayuntamiento de Les Valls d'Aguilar (Alt Urgell), presidido por el convergente Jesus Bentanachs, ha renunciado a construir en el núcleo agregado de Noves de Segre un gran vertedero para escombros y materiales de la construcción. La retirada del polémico proyecto ha sido consecuencia de la fuerte presión ejercida en los últimos tres meses por una plataforma formada por la mayoría de los vecinos y grupos ecologistas contrarios a la planta, que parecía diseñada a la medida de las necesidades de la vecina Andorra, cuyas empresas constructoras tienen serios problemas para depositar escombros en ...

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El Ayuntamiento de Les Valls d'Aguilar (Alt Urgell), presidido por el convergente Jesus Bentanachs, ha renunciado a construir en el núcleo agregado de Noves de Segre un gran vertedero para escombros y materiales de la construcción. La retirada del polémico proyecto ha sido consecuencia de la fuerte presión ejercida en los últimos tres meses por una plataforma formada por la mayoría de los vecinos y grupos ecologistas contrarios a la planta, que parecía diseñada a la medida de las necesidades de la vecina Andorra, cuyas empresas constructoras tienen serios problemas para depositar escombros en su propio territorio.

En un pleno extraordinario celebrado el jueves por la noche, Bentanachs, que siempre se había mostrado a favor del proyecto, anunció a los vecinos que llenaban la sala que finalmente no se construirá el vertedero en Noves de Segre. Con esta decisión se cierra la controversia que ha enfrentado al consistorio con la mayoría de los habitantes del pueblo, que han realizado diversas movilizaciones, incluido un corte de la carretera C-14, para demostrar la oposición a un vertedero cuya construcción no estaba justificada ni reunía los requisitos legales.

A la medida de Andorra

Este vertedero, con una superficie de siete hectáreas, habría sido el mayor de Cataluña y habría almacenado 75.000 toneladas de escombros anuales, la mayoría procedentes de Andorra, durante un periodo de 39 años. Los vecinos argumentaron que los dos vertederos de estas características existentes en la zona eran suficientes para acoger las 8.000 toneladas de escombros anuales que genera la comarca del Alt Urgell en los próximos 15 años. También denunciaron que los terrenos elegidos son muy permeables y ello habría contaminado los acuíferos.

El alcalde explicó que, además de la presión popular, uno de los motivos que le han llevado a retirar el proyecto radica en que el 88 % de los terrenos en los que se pretendía ubicar el vertedero, concretamente en la zona de Torrent d'Ensenyà, no son particulares, como sostenía el consistorio, sino comunales. Sólo el 12% de las fincas son de propiedad privada.

Bentanachs reconoció ante los vecinos que había recibido presiones de 'altos cargos' del Departamento de Medio Ambiente para ubicar el vertedero en su término municipal. El alcalde también explicó que se le propuso recalificar los terrenos comunales y que, ante el rechazo popular, él se negó a hacerlo. La Generalitat también ha desestimado el proyecto por las numerosas irregularidades encontradas. La oposición y la plataforma antivertedero han reclamado la dimisión de Bentanachs.

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El problema de los residuos andorranos no es nuevo. Durante los últimos años varias empresas de transporte han sido expedientadas por introducir ilegalmente a España residuos procedentes de la construcción. Según el alcalde de la Seu d'Urgell, el socialista Joan Ganyet, cada día cruzan la frontera de la Farga de Moles unos 150 camiones procedentes de Andorra cargados con residuos. En enero de 2000, Andorra y España firmaron un convenio para el transporte de residuos a territorio Español, y con este fin se ubicó en el término de Miralcamp un vertedero controlado.

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