El Ermitage presta al Museo de Arte de Cataluña 40 obras de pintura veneciana

Gran parte de las piezas proceden de la colección de Catalina II la Grande

Con dos semanas de retraso, se inauguró ayer en el Museo Nacional de Arte de Cataluña la exposición Cinquecento veneto, 40 obras de maestros del Siglo de Oro veneciano del Museo del Ermitage de San Petersburgo. La apertura de la exposición -con lienzos de Giorgione y Tiziano, entre otros- se retrasó porque el Gobierno ruso, por problemas burocráticos, retuvo los cuadros en Italia, donde se habían expuesto con anterioridad.

Las obras que forman la exhibición, seleccionadas por la conservadora de pintura italiana del Ermitage, Irina Artemieva, son poco conocidas y proceden, en su m...

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Con dos semanas de retraso, se inauguró ayer en el Museo Nacional de Arte de Cataluña la exposición Cinquecento veneto, 40 obras de maestros del Siglo de Oro veneciano del Museo del Ermitage de San Petersburgo. La apertura de la exposición -con lienzos de Giorgione y Tiziano, entre otros- se retrasó porque el Gobierno ruso, por problemas burocráticos, retuvo los cuadros en Italia, donde se habían expuesto con anterioridad.

Las obras que forman la exhibición, seleccionadas por la conservadora de pintura italiana del Ermitage, Irina Artemieva, son poco conocidas y proceden, en su mayoría, de la colección de Catalina II la Grande (1729-1796), que reunió en su pabellón de descanso al lado del Palacio de Invierno de San Petersburgo una gran galería de arte que dio origen al Museo Estatal del Ermitage en la misma ciudad.

En todas ellas luce el esplendor del color y el volumen que caracteriza, aunque con diferencias, la obra de los maestros venecianos del siglo XVI. Y, sobre todo, 'la confluencia de motivos que dio esplendor a la pintura véneta de la época', según explicó Margarita Cuyás, conservadora de Renacimiento y Barroco del MNAC: 'La utilización de la pintura al óleo, que permitió cambiar la técnica; la influencia de Durero y Leonardo da Vinci, y la aparición de dos genios de la talla de Tiziano y Giorgione'. De este último, precisamente, se incluye el cuadro Madona con el niño en un paisaje (1502-1503), que ejemplifica la manera como el pintor de Castelfranco fusionó el paisaje con las escenas protagonizadas por figuras humanas y su predilección por el color y la forma antes que por el dibujo y la línea.

Paisaje y retrato

La exposición se estructura en dos ámbitos principales, uno dedicado a la temática sagrada y otro a la profana. En el primero destaca el tema de la sacra conversazione (sagrada conversación), en el que los pintores venecianos incluyeron vistas de paisajes del Veneto pintados muchas veces con la técnica del sfumato con que Leonardo da Vinci trataba la naturaleza. Entre éstos, un cuadro de Lorenzo Lotto, Sagrada familia con santa Justina (1529-1530), restaurado expresamente para la exhibición, y Cristo y la adúltera (1510-1511), de Palma el Viejo.

De temática religiosa se incluyen también una serie de cuadros de Veronese en los que se puede apreciar su estilo monumental. En contraposición, la obra de Tintoretto, influido por las corrientes manieristas de Roma y Florencia, de quien se puede ver San Jorge matando al dragón (1555-1558), un lienzo de gran dramatismo.

En el capítulo profano, destaca una selección de retratos, género que experimentó un fuerte auge durante el siglo XV y que en la Venecia del siglo XVI se caracterizó por una suerte de popularización entre la burguesía. La exposición contiene la Muchacha con sombrero de plumas (ca. 1538), de Tiziano, y un autorretrato típicamente humanista de Domenico Capriolo (1512). Cinquecento veneto incluye una extensa representación de obras de la familia Bassano, en las que se puede ver su manera de trasladar escenas bíblicas y religiosas en ambientes rústicos.

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