El Museo Británico recorre la evolución del arte tradicional japonés

La exposición refleja los ritos shinto

El arte tradicional japonés ha florecido con el paso de los siglos impulsado por la costumbre, aún vigente en algunas regiones, de reconstruir periódicamente templos y reliquias. Así, la renovación de las ofrendas rejuvenece a dioses y espíritus, y reafirma el vínculo entre las sucesivas generaciones que siguen los ritos shinto. Considerada la religión indígena de Japón, shinto representa un estilo de vida en armonía con la naturaleza más que un conjunto de creencias y filosofías. Sus manifestaciones culturales se estudian a fondo en una gran exposición del Museo Británico de Londres.

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El arte tradicional japonés ha florecido con el paso de los siglos impulsado por la costumbre, aún vigente en algunas regiones, de reconstruir periódicamente templos y reliquias. Así, la renovación de las ofrendas rejuvenece a dioses y espíritus, y reafirma el vínculo entre las sucesivas generaciones que siguen los ritos shinto. Considerada la religión indígena de Japón, shinto representa un estilo de vida en armonía con la naturaleza más que un conjunto de creencias y filosofías. Sus manifestaciones culturales se estudian a fondo en una gran exposición del Museo Británico de Londres.

Shinto: el arte sagrado del antiguo Japón, abierta hasta el 2 de diciembre, ofrece por primera vez una panorámica exhaustiva de este culto todavía vivo y que no todos los expertos definen como religión. Con su esencia en el respeto y devoción hacia la naturaleza, y en coexistencia con el budismo desde el siglo VII, shinto se manifiesta en una serie de ritos y ofrendas en gratitud, apropiación o peticiones a dioses y espíritus. Éstos representan la tierra, los cielos y el agua, con la diosa sol en la cúspide, y se identifican con las obras tanto de la naturaleza como del ser humano.

Los objetos más cotidianos sirven de ofrenda y, junto con los llamados Tres Tesoros Sagrados, formados por el sable, el escudo o espejo redondo, y la joya con forma de luna creciente, se depositaban en montes y rocas sagradas, en santuarios y templos. A pesar de su destrucción y renovación cada 20 años, como manifestación de la continuidad del ciclo natural, se conserva una gran variedad de reliquias, incluidas unas vasijas de barro cocido datadas en el 12.500 antes de Cristo. Con máscaras, piezas en metal, esculturas en madera y lienzos de seda de periodos más avanzados, recopilados de unos ochenta santuarios shinto, templos budistas y colecciones públicas, que nunca antes se habían agrupado en una única muestra, el Museo Británico reconstruye el origen y evolución del arte devoto de este conjunto de islas del océano Pacífico.

Primera cultura con una producción ceramista continua, Japón se destacó por su genuina devoción a los objetos materiales. El impecable estado de conservación de las vasijas, figuras humanas y joyas, entre el más de centenar de objetos que se exhiben, denota su origen religioso y dan fe del culto a lo material, fundamento indiscutible del shinto. Figuras del periodo Jomon y Yayoi, hasta el año 300 de nuestra era, rememoran formas y estilos precolombinos que tuvieron su eco en el archipiélago nipón a través de Mongolia.

Pero fueron Corea y China las que ejercieron mayor influencia sobre el arte primitivo japonés. Sus creadores asimilaron y adaptaron a la idiosincrasia autóctona la filosofía y religión budistas, las técnicas metalúrgicas y otras innovaciones de forma. Victor Harris, experto en arte oriental y comisario de la exposición, afirma que 'es muy simplista decir que Japón es una nación de copistas'.

Manifestaciones del arte y cultura contemporáneos se descubren en las ofrendas a dioses y en los ritos populares. Una doble vasija está decorada con hileras de pajaritos, un jinete persiguiendo a un ciervo y un par de pequeñas figuras en posición de combate. Estas últimas se interpretan como representaciones de luchadores de sumo que, ya entonces, practicaban esta peculiar modalidad de lucha libre, con un poso espiritual, frente a emperadores y dioses.

Las máscaras siguen vigentes en el teatro Noh, tan tradicional como vanguardista. Servían para esconder los sentimientos de un individuo o para enfatizarlos. No hay grandes figuras de budas ni otros tópicos. El arte sagrado del antiguo Japón se identifica con piezas y esculturas de pequeño y medio tamaño que estaban destinadas a ser ofrecidas o veneradas en la intimidad. Su función se mantiene viva y los métodos de elaboración reflejan la originalidad y adaptabilidad de las sociedades que construyeron el viejo imperio nipón.

Deidad expuesta en la muestra Shinto: el arte sagrado del antiguo Japón.B. M.
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