ESCÁNDALO FINANCIERO

El ex delegado de Gescartera en Valladolid alertó al arzobispado para que retirara su dinero

Javier Valenzuela asegura que Antonio Camacho le pidió que mintiera a la CNMV en 1999

Javier Valenzuela fue contratado por Antonio Camacho como delegado de Gescartera tras producirse la sentencia del caso de la minería, que le inhabilitó para continuar en el cargo de director de Economía de la Junta de Castilla y León. Valenzuela contrató a su vez a dos colaboradores y se lanzó a buscar clientes a través de contactos entre conocidos y familiares: 'Hicimos muy buenos clientes y personalmente, me tranquilizaba el hecho de que por mandato de la CNMV, cada cliente de Gescartera tenía que abrir una cuenta en un banco, en este caso Bankinter'.

Gescartera, a través de la...

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Javier Valenzuela fue contratado por Antonio Camacho como delegado de Gescartera tras producirse la sentencia del caso de la minería, que le inhabilitó para continuar en el cargo de director de Economía de la Junta de Castilla y León. Valenzuela contrató a su vez a dos colaboradores y se lanzó a buscar clientes a través de contactos entre conocidos y familiares: 'Hicimos muy buenos clientes y personalmente, me tranquilizaba el hecho de que por mandato de la CNMV, cada cliente de Gescartera tenía que abrir una cuenta en un banco, en este caso Bankinter'.

Gescartera, a través de las operaciones que hacía en Bolsa, podía encargar comprar con cargo a esa cuenta tantas acciones, y abonar en el caso de la venta, pero el dinero estaba a nombre del cliente: 'A mí eso me daba una tranquilidad enorme, porque me daba el argumento de decirle al cliente: 'La cuenta va a estar a vuestro nombre, y de ahí no se dispone nunca'. Era un imperativo legal de la CNMV', prosigue Valenzuela.

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Pasa el tiempo, Gescartera crece, y nada hace pensar en que la sociedad pueda tener dificultades. Es entonces cuando se cancelan las relaciones con Bankinter y las cuentas se pasan al Deutsche Bank: 'No sé cómo se hizo', asegura Valenzuela, 'porque bancariamente no se puede cancelar una cuenta sin el permiso de los clientes. Y abrir una cuenta en el Deutsche Bank sin la firma de los clientes tampoco se puede hacer. Y yo tengo constancia de que ha habido apertura de cuentas en el Deutsche Bank sin la firma de los clientes'.

El ex delegado añade: 'Las cuentas se abrieron por exigencia de la CNMV y en sus inspecciones o comprobaciones deberían haber sido contrastadas porque era toda la base de la operatividad de una sociedad gestora de carteras. La auditoría debería haber comprobado su correcto funcionamiento también'.

Los primeros síntomas de que algo no marcha los tiene el delegado de Gescartera en Valladolid el 29 de marzo de 1999, cuando 'llama Antonio Camacho y se persona en Valladolid, con el fin de mantener una entrevista con nuestro mejor cliente'.

Javier Valenzuela precisa: 'Por principio bancario, yo nunca diré el nombre del cliente, aunque vosotros, como medio de comunicación, lo sabéis'.

Su mejor cliente, como este periódico ha contrastado con otra fuentes, es el arzobispado de Valladolid. Valenzuela prosigue: 'Contacto con ellos y se produce la entrevista. Camacho dice que la CNMV está realizando una inspección a Gescartera. Nuestro mejor cliente dice que a ellos han estado visitándoles para comprobación de datos. Yo no me había enterado de que había estado la CNMV en la casa de estos señores. Camacho y su director comercial aconsejan a nuestro cliente que no tienen porqué ir a la CNMV, ya que se trata de que ellos quieren conocer datos de la gestión que por ley, según Camacho, no están obligados a facilitar'.

'Delante de Camacho y de su director comercial, yo les sugiero a mis clientes que sí deben ir. En ese momento, me entero de que también debo asistir yo a la reunión. Parece que la CNMV nos convoca al cliente y a mí a Madrid', continúa Valenzuela.

'El día 30 en Madrid, nos reunimos en el despacho de Camacho, en las oficinas de la calle Moreto. Camacho, José María Ruiz de la Serna y un directivo de allí me piden que diga a la Comisión que los extractos que yo entregaba personalmente todos los meses a mi cliente los hacíamos en la sucursal de Valladolid. Me negué rotundamente a ello y manifesté que en ese mismo momento presentaba la dimisión, ya que en 28 años de banca nunca había visto nada igual'.

'En eso', prosigue Valenzuela, 'me entero de que han llamado a Valladolid para que venga a Madrid el representante de mi cliente [Valenzuela se refiere al ecónomo del arzobispado, Enrique Peralta, según otras fuentes]. Viendo los derroteros que iba tomando el asunto, les pregunté a Camacho a y Ruiz de la Serna que qué estaba pasando. Me explicaron lo mismo que la noche anterior: que son los datos que no quieren facilitar a la CNMV porque no se los tiene que dar'.

'Cuando llega el representante de mi cliente y nada más reunirme con él le digo que, bajo mi responsabilidad, cancele inmediatamente la cuenta, cosa que hace. En una hora le entregan el cheque, por la cantidad que más o menos se ha dicho [900 millones de pesetas]. Le indico, delante de toda esa gente, que mañana mismo lo ingrese en un banco distinto del que viene en el talón, Bankinter. Que lo ingrese en otro banco'.

Ese mismo día tuvo la reunión con la CNMV tras la cual, Valenzuela se reunió con Peralta y le ratificó que ingresara el cheque en otro banco y que pidiera conformidad telefónica, 'cosa que hizo'.

Por otra parte, Javier Valenzuela precisó que él nunca fue condenado por delito urbanístico en Las Palmas de Gran Canaria, relacionado con la Promoción de Siete Amigos, como publicó este periódico en su edición del pasado día 18. Valenzuela puntualizó que se trató de una promoción en Lanzarote de la no fue fundador ni administrador, sino el último partícipe en la sociedad, y que el único proceso relacionado con ello fue un juicio ejecutivo de menor cuantía.

CRISTÓBAL MANUEL

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