Liberados todos los españoles detenidos durante la cumbre del G-8

La justicia italiana ordenó ayer la expulsión sin cargos de los 13 españoles que quedaban detenidos en Génova tras las manifestaciones contra la globalización y la cumbre del G-8 del pasado fin de semana, y les sancionó con la imposibilidad de volver a territorio italiano por un periodo de cinco años. Del total de 17 manifestantes españoles -la mayoría de los cuales fueron detenidos el sábado por la noche, durante el asalto policial a la sede del Foro Social de Génova-, 4 ya habían sido liberados, también sin cargos y, en su caso, sólo tienen prohibida judicialmente su entrada en la ciudad de ...

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La justicia italiana ordenó ayer la expulsión sin cargos de los 13 españoles que quedaban detenidos en Génova tras las manifestaciones contra la globalización y la cumbre del G-8 del pasado fin de semana, y les sancionó con la imposibilidad de volver a territorio italiano por un periodo de cinco años. Del total de 17 manifestantes españoles -la mayoría de los cuales fueron detenidos el sábado por la noche, durante el asalto policial a la sede del Foro Social de Génova-, 4 ya habían sido liberados, también sin cargos y, en su caso, sólo tienen prohibida judicialmente su entrada en la ciudad de Génova. El Ministerio del Interior italiano expulsó anoche a seis de los detenidos, que partieron desde el aeropuerto de Milán. Otro recibió una autorización para permanecer otras 24 horas en Italia, para que vuelva a España por sus propios medios.

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De los seis restantes, Dolores Herrera, de 63 años, que se encuentra ingresada en un hospital de Génova, dejará hoy Italia, junto a otro tres que salieron hoy de la cárcel. Además, en la ciudad italiana quedan dos españoles hospitalizados, que si las condiciones de salud lo permiten, tratarían de volver durante la jornada de hoy hacia España.

Por otra parte, ayer tuvo lugar en Génova el funeral del joven italiano Carlo Giuliani, muerto el viernes de un tiro en la cabeza disparado por un carabinero de 22 años durante una manifestación antiglobalización que acabó con violentos enfrentamientos. Un rito laico, en el cementerio de Staglieno, al que asistieron unas 1.500 personas sin banderas ni consignas, despidió al joven italiano. Sobre el ataúd, una bandera del equipo de fútbol Roma, del que Giuliani era entusiasta, y otra multicolor con la palabra 'Esperanza'.

Cuatro amigos, un primo y el padre tomaron la palabra para recordarle. 'Carlo me enseñó a no juzgar a un joven por sus pantalones agujereados, su pendiente o sus trenzas. Detrás de estos pantalones hay corazones llenos de una inapagable sed de justicia', dijo el padre.

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La cumbre del G-8 sigue generando polémicas políticas y judiciales: el 3 de agosto, por iniciativa de la coalización de centro-izquierda El Olivo, se debatirá en el Parlamento una moción de confianza al ministro del Interior, Claudio Sajola. Por otra parte, se encuentran en curso tres investigaciones de la magistratura por los actos de violencia y las intervenciones policiales, mientras el coordinador de la unidad antiterrorista de la Fiscalía de Turín asegura que los tumultos no fueron gestos aislados y espontáneos, sino que 'seguían una estrategia subversiva'.

En los dos últimos días, decenas de miles de personas se manifestaron en ciudades como Roma, Sao Paulo, Atenas, Madrid o Seúl en protesta por la violencia policial durante la cumbre del G-8.

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