Iniciativa española para detectar y prevenir los errores médicos

En EE UU son la octava causa de muerte, delante del sida y el tráfico

Los errores médicos constituyen la octava causa de muerte en Estados Unidos, por encima de los accidentes de tráfico, el cáncer de mama o el sida. Así lo revelaba en 1999 un informe del Institute Oficine titulado To error is human: Building a safer health system, que alertó a los demás países de la necesidad de incrementar la seguridad de los pacientes. En España, como en la mayoría de los países, se desconoce cuántas muertes causan los errores médicos, pero los expertos creen que si se calculara, se obtendrían resultados similares a los de Estados Unidos.

Conocer y registrar tod...

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Los errores médicos constituyen la octava causa de muerte en Estados Unidos, por encima de los accidentes de tráfico, el cáncer de mama o el sida. Así lo revelaba en 1999 un informe del Institute Oficine titulado To error is human: Building a safer health system, que alertó a los demás países de la necesidad de incrementar la seguridad de los pacientes. En España, como en la mayoría de los países, se desconoce cuántas muertes causan los errores médicos, pero los expertos creen que si se calculara, se obtendrían resultados similares a los de Estados Unidos.

Conocer y registrar todos los errores que se cometen para analizar sus causas ha permitido en aquel país diseñar sistemas de prevención, lo que ha empezado a redundar en un descenso de los fallecimientos por accidentes o errores asistenciales. Éste es el objetivo que se ha fijado en España el nuevo Centro de Investigación para la Seguridad Clínica de los Pacientes, impulsado por la Fundación Mapfre Medicina y la Fundación Avedis Donabedian.

Reciente creación del Centro de Investigación para la Seguridad Clínica de los Pacientes

Los responsables de la iniciativa parten de la premisa de que 'el error se produce en medicina como en cualquier otro ámbito de la actividad humana'. 'Sabemos que es imposible prevenir todos los errores, pero sí se pueden reducir las posibilidades de que se produzcan o se pueden crear sistemas de detección y corrección antes de que tengan consecuencias para el paciente', asegura Rosa Suñol, directora de la Fundación Avedis Donabedian.

Una de las claves de la mejora de la seguridad de los pacientes es, según Suñol, la modificación de los sistemas de trabajo en los centros sanitarios. El nuevo proyecto es crear un registro, 'que será confidencial', de accidentes y errores asistenciales para que puedan ser analizados. A partir de la investigación de los casos declarados y de la experiencia de otros países se elaborarán recomendaciones para la prevención de situaciones que pongan en riesgo la seguridad de los pacientes.

Suñol admite que los facultativos y los centros sanitarios son reticentes a revelar los errores que cometen, pero insiste en que la información que ofrezcan revertirá finalmente en una mejora de la calidad del servicio. 'En Estados Unidos, también hubo al principio cierta resistencia por parte de los agentes de salud a notificar los casos de errores médicos, pero poco a poco estas suspicacias se van venciendo', afirma Suñol.

De los casos declarados en este país se desprende que los errores asistenciales que más se cometen tienen relación con la medicación, las complicaciones operatorias o posoperatorias, el retraso en aplicar un tratamiento, las caídas de los pacientes o los suicidios en los centros hospitalarios.

Uno de los retos del nuevo Centro de Investigación para la Seguridad Clínica de los Pacientes consiste en vencer las resistencias de los propios profesionales. 'No se contempla el error en la carrera médica porque es algo que estigmatiza al profesional', lamenta Carles Humet, presidente de la Sociedad Española de Calidad Asistencial. Los promotores de la iniciativa, no obstante, insisten en que la mayoría de los errores en el sistema asistencial 'suelen ser multicausales e incluyen problemas de organización o diseño del sistema de trabajo, por lo que la actitud de culpabilización de profesionales aislados no permite abordar el problema en toda su complejidad y no permite disminuir su incidencia'.

Humet y Suñol coinciden en que el término 'error médico' es poco afortunado porque conlleva una connotación de culpa hacia el profesional y prefieren abordar este tema desde una vertiente positiva, desde la seguridad de los pacientes. Éstos, según Humet, tienen que admitir que ponerse en manos de los servicios sanitarios supone un riesgo que deben asumir, aunque no por ello deben dejar de exigir las máximas medidas para garantizar su seguridad.

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