Desafíos y expectativas

El Gobierno andaluz afronta una semana cargada de grandes desafíos y expectativas. Por su trascendencia económica y política tiene ante sí, en primer lugar, el inicio de los contactos negociadores entre el Ejecutivo central y el PSOE para la puesta en marcha de un nuevo sistema de financiación autonómica, proceso en el que Andalucía se juego mucho, sin duda alguna.

Pero es el escollo en el que se ha convertido el asunto de las cajas sevillanas el que, sin embargo, aparece como la principal cuestión a resolver por parte de un Manuel Chaves que se mantiene firme en sus posturas. Dice que ...

El Gobierno andaluz afronta una semana cargada de grandes desafíos y expectativas. Por su trascendencia económica y política tiene ante sí, en primer lugar, el inicio de los contactos negociadores entre el Ejecutivo central y el PSOE para la puesta en marcha de un nuevo sistema de financiación autonómica, proceso en el que Andalucía se juego mucho, sin duda alguna.

Pero es el escollo en el que se ha convertido el asunto de las cajas sevillanas el que, sin embargo, aparece como la principal cuestión a resolver por parte de un Manuel Chaves que se mantiene firme en sus posturas. Dice que no va a permitir que la Junta de Andalucía pierda este pulso que le echan dos militantes socialistas, como son Isidoro Beneroso y Juan Manuel López Benjumea, quienes lejos de modificar sus planteamientos en favor de una salida negociada, parece que están dispuestos a 'morir matando'.

Atrincherados en costosos informes jurídicos y en apoyos de última hora que le habrán supuesto también un alto precio, hacen con su trayectoria en este asunto el caldo gordo al PP, que se mueve con soltura en estos ambientes llenos de desorden, encontrando aquí el mejor escenario para lograr el desgaste del contrario.

Saben los cajeros que no hay más margen. El Gobierno andaluz no va a dar por buena la fusión de ambas cajas si antes no ponen en marcha el proceso de renovación. Lo único que les queda, entonces, es la posibilidad de endosar el fracaso de esta operación al propio Chaves y al mismo PSOE, quienes ya se han adelantado señalando que si la fusión descarrila es responsabilidad directa de sus presidentes por no haberse ajustado a lo que marca la Ley de Cajas. Esos son los límites de un debate que tendrá su resolución en las asambleas de las cajas, a celebrar esta semana. Desde casa, y recuperándose de la enfermedad que le sorprendió días atrás, seguirá los acontecimientos la consejera de Economía y Hacienda, Magdalena Álvarez, que cuenta con más respaldo que nunca ante la situación extrema a la que han llevado las cosas Beneroso y Benjumea.

También parece que se han cerrado filas entorno al planteamiento con el que iniciar las negociaciones para un nuevo sistema de financiación autonómica. Las intervenciones en sendos actos políticos celebrados en Sevilla y Cádiz, respectivamente, por parte del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y del portavoz del grupo parlamentario socialista, Jesús Caldera, asumiendo las tesis de la Junta de Andalucía, en favor del reconocimiento del censo real de población, despeja cualquier tipo de dudas que pudieran existir sobre la disposición de la dirección federal socialista con respecto a las reivindicaciones de esta comunidad. Ahora sólo cabe esperar y, sobre todo, conocer cuánto será lo que corresponde recibir a Andalucía, tal y como insiste siempre la consejera Álvarez, sea cual sea la fórmula que finalmente se adopte.

A todo esto, el devenir cotidiano en Andalucía estará, igualmente, caracterizado en estas jornadas por la continua afluencia de inmigrantes a nuestras costas. Las vías de penetración se multiplican y no se limitan ya por el Estrecho de Gibraltar sino que además lo intentan por las costas de Málaga, Granada y Almería. Si el buen tiempo persiste, será ésta una incidencia constante y permanente. En Tánger aguardan miles de subsaharianos y magrebíes para dar el correspondiente salto sin que parezca que haya solución alguna para evitar estos flujos descontrolados y con grave riesgo para las vidas de aquellos desesperados que los protagonizan, a no ser que se cierren de una vez por todas acuerdos adecuados con los países que exportan la mano de obra.

Todo esto sin olvidar la preocupante deriva que está adquiriendo en los últimos días el movimiento vecinal surgido en el barrio de Pesquería en Almería contra la instalación de unas oficinas para sede del consulado marroquí. Si a esto unimos las dificultades que ponen algunos alcaldes para la ubicación de viviendas y albergues para temporeros, estamos ante el clima propicio para que rebrote de nuevo el racismo y la xenofobia.