Hacia la fusión por el camino recto

Política es una palabra de preciosa etimología, que denomina una de las más nobles invenciones humanas. Actividad que ha sido y es uno de los instrumentos básicos del progreso de las sociedades. Me estoy refiriendo, evidentemente, a la Política con mayúsculas, la que sirve para resolver problemas y promover el progreso socioeconómico de las comunidades, a discutir alternativas y a plantear avances. Existe otra actividad, cuya denominación comparte con ella, pero cuyo contenido no es sino una lejana caricatura de lo anterior. Me refiero ahora, claro está, a la política con minúsculas, a la prác...

Política es una palabra de preciosa etimología, que denomina una de las más nobles invenciones humanas. Actividad que ha sido y es uno de los instrumentos básicos del progreso de las sociedades. Me estoy refiriendo, evidentemente, a la Política con mayúsculas, la que sirve para resolver problemas y promover el progreso socioeconómico de las comunidades, a discutir alternativas y a plantear avances. Existe otra actividad, cuya denominación comparte con ella, pero cuyo contenido no es sino una lejana caricatura de lo anterior. Me refiero ahora, claro está, a la política con minúsculas, a la práctica consistente en brujulear con mayor o menor habilidad, a ejercitarse en la esgrima con mayor o menor fortuna, a porfiar con mayor o menor éxito. Esta actividad puede interesar a algunos pocos aficionados al toreo de salón, pero no sirve, no aporta nada al progreso de la sociedad.

Desde hace bastante tiempo, como Alcalde de Sevilla vengo promoviendo de forma activa la fusión de las dos cajas de ahorro con sede en la ciudad. Mi actuación ha sido clara y siempre en el mismo sentido: apoyar una opción que es altamente beneficiosa para la ciudad y para Andalucía, para las familias y para las empresas, para los proyectos públicos y privados con los que Sevilla va a impulsar su modernización y su calidad de vida. La fusión, siendo una pieza tan importante para el futuro de Sevilla, no puede perderse en los vericuetos de la confrontación jurídica, o de los enfrentamientos entre instituciones o, peor aún, entre personas. Mi opción, interpretando lo que entiendo beneficioso para la ciudad, ha sido siempre clara y concisa: la obra es infinitamente más importante que los personajes.

La moción aprobada el jueves en el Pleno Municipal incide de nuevo en el apoyo a la fusión. Es lógico, la ciudad debe ver cristalizado este proyecto cuanto antes. Lo que ya no es tan lógico, a no ser que se entienda desde la perspectiva de la política minúscula a la que antes me refería, es que esta cuestión pase a formar parte de ese teatrillo al que algunos, actores 'sobreactuados', por cierto, quisieran ver reducida la política municipal.

La perspectiva de una caja fusionada, y el papel de la misma como impulsora de nuestra economía, nos hace dedicar muy poca atención a esta improductiva esgrima política. Que otros, con menos obligaciones, pierdan el tiempo en ello. Mi compromiso es con Sevilla y con sus ciudadanos, y por eso coherentemente trabajo y seguiré trabajando (haciendo Política) para una fusión de las cajas por el camino recto.

Alfredo Sánchez Monteseirín es alcalde de Sevilla