LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

El Gobierno renuncia a investigar el naufragio de 15 inmigrantes

El PSOE exige que Rajoy acuda al Congreso

'Sencillamente, [la patera] se volcó y se produjo la tragedia', dijo Pío Cabanillas al término del Consejo de Ministros. Casi al mismo tiempo que el portavoz del Gobierno rechazaba una investigación, la secretaria de Políticas Sociales y Migratorias del PSOE, Consuelo Rumí, exigía la comparecencia urgente de Mariano Rajoy en el Parlamento, la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME) reclamaba a la autoridad judicial 'una investigación exhaustiva' y CC OO solicitaba una indagación 'desde el marco parlamentario'.

Las tres organizaciones destacaron la carencia de...

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'Sencillamente, [la patera] se volcó y se produjo la tragedia', dijo Pío Cabanillas al término del Consejo de Ministros. Casi al mismo tiempo que el portavoz del Gobierno rechazaba una investigación, la secretaria de Políticas Sociales y Migratorias del PSOE, Consuelo Rumí, exigía la comparecencia urgente de Mariano Rajoy en el Parlamento, la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME) reclamaba a la autoridad judicial 'una investigación exhaustiva' y CC OO solicitaba una indagación 'desde el marco parlamentario'.

Las tres organizaciones destacaron la carencia de medios de la Guardia Civil para salvar vidas en el mar. A este respecto, Rumí recordó que su partido viene exigiendo al Gobierno que dote a las fuerzas de control fronterizo de los medios necesarios para compaginar esa labor con medidas que permitan evitar la pérdida de vidas humanas. 'Lamentablemente, todavía se constatan importantes carencias para ver cumplido ese objetivo', añadió.

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Partidos políticos, ONG y sindicatos mostraron su estupor por lo ocurrido la noche del miércoles a 1,8 millas al sur del Faro de la Entallada. Comisiones Obreras se declaró sorprendida porque 'en un mar tranquilo, nuestros cuerpos de seguridad sólo sean capaces de salvar siete vidas de 22 caídos al agua'. A pesar de las demandas de una explicación más completa, la Guardia Civil se negó a añadir detalles a la nota que hizo pública el jueves, en la que achacaba lo ocurrido al nerviosismo de los inmigrantes, que se habrían puesto en pie y volcado la patera en que viajaban. Sin embargo, las declaraciones realizadas a EL PAÍS por el director de la Administración del Estado en Fuerteventura, Ramón Paniagua, y el testimonio de varios agentes del instituto armado aportan nuevos datos sobre lo ocurrido.

La patrullera es una Rodman 55 media, de 18 metros de eslora y casco de fibra. Fue diseñada para labores de vigilancia costera, lucha contra el contrabando y control de actividades pesqueras. No está preparada para misiones de salvamento. De hecho, sólo lleva cuatro salvavidas (dos en la proa y dos en la popa), además de una pequeña zodiac. La Guardia Civil estudia desde hace tiempo las características técnicas que deben tener sus nuevos barcos para atender los problemas que plantea la inmigración, informa Jorge A. Rodríguez.

El miércoles, la tripulación estaba formada por un mando (cabo o sargento) y cuatro agentes. La formación de estos últimos para afrontar un naufragio se limita normalmente a un curso de primeros auxilios. Sin embargo, no todos tienen la misma experiencia. Mientras los que patrullan el Estrecho están habituados a rescatar inmigrantes, los de Fuerteventura no se han visto en una situación semejante a lo largo del último año.

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En Algeciras, los agentes han aprendido a suplir las carencias de sus buques con voluntarismo. Así, suelen llevar a bordo, además de sus chalecos salvavidas, otros 15 o 20 por si tienen que efectuar algún rescate. En caso de naufragio de una patera se lanzan al agua con todos los que les caben en las manos y ayudan a los inmigrantes a colocárselos. Además, lanzan al mar cualquier objeto que flote: las boyas de defensa de la patrullera, los cabos, la balsa auxiliar... Los guardias de Fuerteventura sólo llevaban a bordo un chaleco por cabeza, no se lanzaron al agua y no utilizaron las boyas como flotadores, según reveló a este periódico Ramón Paniagua. A pesar de ello, el director de la Administración del Estado en la isla afirma que 'actuaron de manera correcta' y que 'en las mismas circunstancias, se volvería a actuar igual'.

Mientras la polémica arrecia, prosiguen las labores de rescate. Dos patrulleras de la Guardia Civil, dos helicópteros, un remolcador, un buque de Salvamento Marítimo y numerosos pesqueros rastrearon ayer nuevamente las aguas de la isla, pero no hallaron ningún cadáver.

Tres agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEA) que fueron trasladados en helicóptero desde Las Palmas se sumergieron a 52 metros en la zona que se produjo la tragedia, sin resultado. Los buzos comprobaron que en ese lugar existe un talud marino de gran profundidad y no hay corrientes. Basándose en esos datos, el capitán del GEA en Las Palmas, Juan Ortega, aventuró que los cuerpos están en esa misma latitud, pero sumergidos a gran profundidad, y que podrían comenzar a emerger a partir de anoche, según se fueran descomponiendo. Añadió que no tenía sentido descender a más profundidad, y que la prudencia y la lógica aconsejan esperar a que los cadáveres salgan a flote.

El delegado para la Inmigración, Enrique Fernández-Miranda, declaró en Valencia: 'Esto es lo que están auspiciando los traficantes de seres humanos y también los españoles que explotan a estas personas'.

Submarinistas de la Guardia Civil se preparaban ayer para iniciar la búsqueda de los cadáveres en Fuerteventura.EFE

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