OPINIÓN DEL LECTOR

Fisioterapia en Motril

Como aclaración previa debo decir que soy uno de los usuarios que hacen subir el porcentaje de aceptación del Hospital General Básico de Motril. En los últimos dos años he tenido que hacer uso, con algún intervalo de tiempo, de las especialidades de traumatología, rehabilitación y fisioterapia. En el servicio de fisioterapia estoy desde febrero. Dicho todo esto, quiero hacer constar mi consternación por la situación en la que se encuentra tal especialidad. A pesar de la buena voluntad de sus profesionales he observado, en todo este tiempo, una cierta impotencia y frustración en los mismos, aun...

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Como aclaración previa debo decir que soy uno de los usuarios que hacen subir el porcentaje de aceptación del Hospital General Básico de Motril. En los últimos dos años he tenido que hacer uso, con algún intervalo de tiempo, de las especialidades de traumatología, rehabilitación y fisioterapia. En el servicio de fisioterapia estoy desde febrero. Dicho todo esto, quiero hacer constar mi consternación por la situación en la que se encuentra tal especialidad. A pesar de la buena voluntad de sus profesionales he observado, en todo este tiempo, una cierta impotencia y frustración en los mismos, aunque he de decir que tales sentimientos no se han traducido en resignación.

Son unos magníficos profesionales, pero desde febrero han ocurrido algunas cosas que cualquier paciente observador nota: el microondas se averió en febrero y así continúa hasta hoy; la onda corta tuvo una avería en uno de sus brazos y no se arregló, el otro brazo funciona unos días sí y otros no; en abril trajeron una camilla nueva que sigue desmontada dentro de la sala; hay siete camillas disponibles para seis fisioterapeutas; la bicicleta estática al pedalear se va bajando el sillín y no puede ajustarse. Entre los pacientes no sabemos a quien encomendarnos para que no se averíe ningún instrumento más, no tenemos la esperanza de que se arregle nunca. Tememos que cualquier día de estos se funda la bombilla de infrarrojos y no se sustituya.

Todas estas carencias intentan remediarlas los fisioterapeutas con su buen hacer y mejor conocimiento de su profesión, pero las necesidades de algunos pacientes hacen insuficiente esta situación. Además, la necesidad de tratar pacientes hemipléjicos y a niños con parálisis cerebral hace que el número de fisioterapeutas sea insuficiente para cubrir las necesidades de la especialidad, pero los pacientes vemos la situación y sabemos de quién no es responsabilidad.

Está claro que, para sostener la calidad necesaria e imprescindible, la sanidad pública necesita profesionales y recursos materiales suficientes. En el hospital de Motril y, específicamente, en su especialidad de fisioterapia, el segundo requisito no está presente.-

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