Los palestinos piden que la ONU juzgue a Sharon por crímenes de guerra

40.000 personas participan en los funerales de las últimas víctimas de los ataques israelíes

La coalición de las 13 fuerzas populares y nacionalistas que dirigen desde hace seis meses la Intifada ha pedido a Naciones Unidas que juzgue por 'crímenes de guerra' al primer ministro israelí, el ex general Ariel Sharon. Esta petición, contenida en un comunicado remitido ayer a los representantes de la ONU en Gaza, coincide con una iniciativa similar que miembros del Gobierno palestino y organizaciones humanitarias están impulsando en Ginebra, coincidiendo con la reunión anual de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

El documento recoge al mismo tiempo la firme voluntad de los di...

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La coalición de las 13 fuerzas populares y nacionalistas que dirigen desde hace seis meses la Intifada ha pedido a Naciones Unidas que juzgue por 'crímenes de guerra' al primer ministro israelí, el ex general Ariel Sharon. Esta petición, contenida en un comunicado remitido ayer a los representantes de la ONU en Gaza, coincide con una iniciativa similar que miembros del Gobierno palestino y organizaciones humanitarias están impulsando en Ginebra, coincidiendo con la reunión anual de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

El documento recoge al mismo tiempo la firme voluntad de los dirigentes de la revuelta de 'continuar con la Intifada hasta el fin de la ocupación israelí, la creación de un Estado palestino con Jerusalén como capital y el retorno de los refugiados'.

Ayer, mientras los representantes de la Intifada depositaban este requerimiento en la oficina de la ONU en Gaza, más de 40.000 personas participaban en Nablús, al norte de Cisjordania, en el entierro de cinco de los jóvenes muertos por disparos israelíes contra las manifestaciones convocadas el pasado viernes para conmemorar el Día de la Tierra e impulsar al mismo tiempo una nueva Jornada de Ira.

La fiesta religiosa judía del sabath de ayer supuso, sin embargo, un respiro para la ciudad asediada de Hebrón, que durante cuatro días ha sido bombardeada por los tanques israelíes tratando de proteger a una comunidad de unos 400 colonos ultraortodoxos que vive incrustada en el centro de una población de más de 100.000 árabes. Los soldados israelíes suspendieron los disparos de los cañones a las cuatro de la madrugada del sábado, después de haber dañado media docena de casas y herido a 10 civiles, como represalia por la muerte de un bebé de 10 meses abatido por los disparos de un francotirador palestino el pasado miércoles.

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