La Calcografía Nacional exhibe la obra gráfica de José de Ribera
El pintor José de Ribera (Xátiva, 1591-Nápoles, 1652) tiene una producción de 16 estampas por las que se convierte en el mejor grabador europeo de la primera mitad del siglo XVII. La Calcografía Nacional, de Madrid (Alcalá, 13), expone hasta el 15 de abril 11 aguafuertes procedentes de cinco colecciones privadas de Madrid y Londres. Además, se muestran otras 14 estampas de copias y 2 cartillas de dibujos que se difundieron a lo largo del barroco y la ilustración.
El subdelegado de Calcografía Nacional, Javier Blas, destaca la oportunidad de conocer la obra gráfica de Ribera, que se pres...
El pintor José de Ribera (Xátiva, 1591-Nápoles, 1652) tiene una producción de 16 estampas por las que se convierte en el mejor grabador europeo de la primera mitad del siglo XVII. La Calcografía Nacional, de Madrid (Alcalá, 13), expone hasta el 15 de abril 11 aguafuertes procedentes de cinco colecciones privadas de Madrid y Londres. Además, se muestran otras 14 estampas de copias y 2 cartillas de dibujos que se difundieron a lo largo del barroco y la ilustración.
El subdelegado de Calcografía Nacional, Javier Blas, destaca la oportunidad de conocer la obra gráfica de Ribera, que se presentó también en Valencia con motivo de la última edición del Premio Nacional de Grabado, que patrocina Philip Morris. Se han reunido 11 estampas procedentes de las colecciones de Enriquete Harris, Paloma Renard, José Antonio Buces, Juan Bordes y Antonio Correa. Faltan sus dos primeras obras, un san Sebastián y un san Bernardino de Siena, de las que se conservan copias únicas, que no salen de la Biblioteca Nacional de París; dos cabezas grotescas, y el retrato ecuestre de don Juan de Austria.
En el montaje predominan los aspectos didácticos, con paneles con la difusión de la producción gráfica de Ribera, las pruebas antes de letra, las copias invertidas y la cartilla de principios de dibujo, situados frente a las láminas. De esta forma, la exposición puede interesar tanto al público en general, por el alto nivel expresivo de las imágenes y su gran calidad estética, como a los espectadores más exigentes, aquellos que se deleitan con la contemplación de pequeñas variaciones en los tipos de papel y en las modalidades de estampación', según Javier Blas.