Barak y Sharon pidieron a Aznar la libertad del magnate ruso Gusinski

El asunto Gusinski se ha convertido para Israel en un tema de Estado. Las primeras gestiones oficiales iniciadas por el dirigente laborista Ehud Barak y el nacionalista del Likud Ariel Sharon, pidiendo personalmente al jefe del Gobierno español su colaboración para lograr la libertad del empresario ruso-israelí, se han convertido en las últimas semanas en poco menos que un clamor, en el que han participado otras destacadas figuras políticas, como el actual ministro de Asuntos Exteriores, Simón Peres, según se asegura en círculos diplomáticos de Jerusalén. 'Vladímir Gusinski no es un desconocid...

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El asunto Gusinski se ha convertido para Israel en un tema de Estado. Las primeras gestiones oficiales iniciadas por el dirigente laborista Ehud Barak y el nacionalista del Likud Ariel Sharon, pidiendo personalmente al jefe del Gobierno español su colaboración para lograr la libertad del empresario ruso-israelí, se han convertido en las últimas semanas en poco menos que un clamor, en el que han participado otras destacadas figuras políticas, como el actual ministro de Asuntos Exteriores, Simón Peres, según se asegura en círculos diplomáticos de Jerusalén. 'Vladímir Gusinski no es un desconocido en Israel. No sólo es un empresario; es además el presidente del Congreso Judío Ruso y vicepresidente del Congreso Judío Mundial', recordaba ayer Zvi Hefetz, vicepresidente del Consejo de Administración del periódico Maariv, uno de los más prestigiosos de Israel, del que el propio magnate ruso-israelí posee un 25% de las acciones.

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Zvi Hefetz forma parte del grupo de preocupados dirigentes de Jerusalén que creen que detrás de su detención se 'esconde algo más', y que temen que el 'Gobierno ruso hace un uso cínico del tratado de extradición con España' para 'perseguir a alguien políticamente'.

'Gusinski es un miembro destacado del establishment de Israel y lo consiguió sin el apoyo de nadie', recalca Zvi Hefetz, mientras resalta la lucha que su socio y amigo lideró en Moscú a favor de la libertad de expresión y contra la 'ofensiva del antisemitismo' que parece haber rebrotado de la Administración rusa en los últimos años.

La clase política de Israel ha cerrado filas en torno a Gusinski. Es el momento de los elogios. Nadie quiere recordar ahora las historias turbias que fueron emergiendo tiempo atrás a medida que este financiero ruso-israelí se afianzaba empresarialmente en la tierra prometida, hasta convertirse para algunos periodistas en el rey de Israel. Se llegó a comparar su influencia a la lograda por el barón Rothschild en Francia o por Robert Maxwell en Inglaterra.

La nube de incienso impide ahora recordar que el nombre de Vladímir Gusinski se vio vinculado en 1997 al del entonces ministro de Infraestructura, Ariel Sharon, en una visita que éste efectuó a Moscú, y en la que se aseguró que el actual primer ministro recibió algún tipo de prebenda como pago por apoyar una importante operación financiera que tenía como objetivo distribuir el gas natural de Rusia en Israel.

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Las supuestas corrupciones de Gusinski-Sharon quedaron archivadas, de la misma manera que fueron congeladas las acusaciones que afirmaron dos años más tarde, en 1999, que el magnate ruso-israelí ayudó a financiar la campaña electoral del laborista Ehud Barak frente a su contrincante Benjamín Netanyahu.

Vuelta a casa

En cualquier caso, nadie discute que Gusinski está profundamente enraizado en Israel. Lo demuestran sus negocios -participación en el periódico Maariv, en la televisión por cable Matav o sus acciones en el poderoso holding ILDC con todo tipo de inversiones-, su pasaporte e incluso sus propias declaraciones asegurando a un periodista local, con ocasión de la Fiesta del Tabernáculo: 'Siempre que vengo a Israel, lloro'.

'Haré todo lo que pueda para que Gusinski pueda volver a casa a Israel', afirmó semanas atrás el ex primer ministro Ehud Barak, cuando en plena campaña electoral trataba de conseguir los votos de una comunidad rusa cada vez más influyente y numerosa, y para la que Gusinski se ha convertido en un símbolo y también en el recuerdo de las persecuciones que esta misma comunidad judía padeció un día en la hoy extinta Unión Soviética.

La Audiencia lo ve hoy

La sala de lo penal de la Audiencia Nacional española celebrará hoy la vista de extradición del magnate ruso Vladímir Gusinski, actualmente encarcelado en la prisión de Valdemoro, en Madrid. La Audiencia Nacional dictará sentencia en los próximos días. El magnate, que estaba bajo custodia de la Guardia Civil en la urbanización de lujo de Sotogrande, en Cádiz, y fue trasladado a la cárcel madrileña el pasado lunes, ha manifestado su confianza en que el fallo judicial le será favorable. Sus abogados defensores han recurrido el auto que ordenaba su ingreso en prisión -para evitar el riesgo de fuga- y han destacado la 'actuación impecable' del empresario ruso desde que fuera detenido en Cádiz el pasado 12 de diciembre.

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