L'ÓPINION (Istiqlal) | REVISTA DE PRENSA

Presiones españolas

Comienzan las presiones españolas bajo la indiferencia de Bruselas y el beneplácito de Madrid. La inminencia de un acuerdo de pesca entre Marruecos y la Unión Europea no ofrece lugar a dudas sobre el hecho de que Rabat ya haya propuesto a Bruselas un protocolo con condiciones de pesca y un volumen de flota más allá de las capacidades de las pesquerías marroquíes.

Pero, a pesar de esto, Madrid no lo entiende de la misma manera y quiere, simplemente, que haya un acuerdo a medida de sus propios intereses y en detrimento de los intereses económicos, ecológicos y medioambientales de Marrueco...

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Comienzan las presiones españolas bajo la indiferencia de Bruselas y el beneplácito de Madrid. La inminencia de un acuerdo de pesca entre Marruecos y la Unión Europea no ofrece lugar a dudas sobre el hecho de que Rabat ya haya propuesto a Bruselas un protocolo con condiciones de pesca y un volumen de flota más allá de las capacidades de las pesquerías marroquíes.

Pero, a pesar de esto, Madrid no lo entiende de la misma manera y quiere, simplemente, que haya un acuerdo a medida de sus propios intereses y en detrimento de los intereses económicos, ecológicos y medioambientales de Marruecos. Por ello, todos los medios posibles son buenos para Madrid con el fin de ejercer presiones sobre Marruecos. De nuevo se repite la misma historia.

Antes eran los actos bárbaros que constituían las operaciones de saqueo a los productos marroquíes que pasaban por España. Ahora se hace desde el civismo. No se saquea, pero se controla la calidad de la pesca marroquí. Y las autoridades españolas se mantienen indiferentes ante esta usurpación de funciones. Puede que incluso aplaudan discretamente la operación con la esperanza de que conduzca a un debilitamiento de la posición marroquí. (...) A todo esto se está acostumbrado en el sur del Mediterráneo. (...) Las operaciones dignas de los tiempos de las cañoneras han sido siempre el arma preferida de los desarrollados del Norte. Sólo queda saber por qué Rabat, estando al corriente de las amenazas españolas, no había previsto un pasillo de tránsito. (...)

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Alí BenadadaCasablanca, 14 de febrero

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