La Administración palestina sólo tiene recursos para sobrevivir tres meses más

Las sanciones israelíes por la Intifada ponen al Gobierno autónomo al borde del colapso

'El último sueldo lo recibí el pasado 25 de diciembre. Desde hace 45 días, no he visto nada. No soy el único. Todos los funcionarios palestinos nos encontramos en la misma situación', se queja Tarek, un funcionario del Ministerio de Educación, quien, como todos los demás empleados de este embrión de Estado, sólo confía en una 'solución milagro', la ayuda internacional, para 'poder salir del atasco y pagar todas las deudas'.

Arafat ha enviado esta semana una llamada de socorro urgente a los países occidentales amigos pidiendo ayuda económica para soportar la crisis financiera en la que s...

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'El último sueldo lo recibí el pasado 25 de diciembre. Desde hace 45 días, no he visto nada. No soy el único. Todos los funcionarios palestinos nos encontramos en la misma situación', se queja Tarek, un funcionario del Ministerio de Educación, quien, como todos los demás empleados de este embrión de Estado, sólo confía en una 'solución milagro', la ayuda internacional, para 'poder salir del atasco y pagar todas las deudas'.

Arafat ha enviado esta semana una llamada de socorro urgente a los países occidentales amigos pidiendo ayuda económica para soportar la crisis financiera en la que se encuentra sumida su Administración desde hace cuatro meses, cuando se inició la Intifada e Israel decidió bloquear el traspaso de recursos y tasas pactados en los Acuerdos de Oslo. Arafat reitera en esta carta un llamamiento anterior, efectuado dos meses atrás, y que tuvo escaso eco entre los países donantes, acostumbrados desde hace años a este tipo de requerimientos y quejas, explicaron a EL PAÍS diplomáticos occidentales.

'La situación, sin embargo, ahora es desesperada; la Administración palestina sólo puede continuar funcionando si recibe nuestra ayuda', aseguraba ayer un responsable del departamento de cooperación de una delegación europea en Jerusalén, mientras trataba de eludir su propia responsabilidad y afirmaba que él no podía hacer nada más y que había transmitido la solicitud a su Gobierno central.

La falta de recursos impide a la Administración de Arafat pagar a la totalidad de los funcionarios; los de la Administración civil, pero también a los de los cuerpos de seguridad, incrementando así el malestar de los servidores públicos y creando el germen de una revuelta interna, aseguran los observadores internacionales.

El Gobierno norteamericano ha alertado de la situación al nuevo primer ministro israelí, Ariel Sharon, y le ha pedido que no prolongue más las sanciones económicas contra la Administración paletina. EE UU ha apremiado a Sharon para que reanude el traspaso de impuestos y ayudas, según círculos diplomáticos de Jerusalén. El embajador norteamericano en Tel Aviv, Martin Indyk, reiteró el pasado viernes a Sharon esta petición, recalcando que 'la Administración palestina está al borde del colapso' y sólo tiene 'tres meses para continuar funcionando'.

'Me gustaría anular todas las medidas de seguridad que Israel ha impuesto a los palestinos en los últimos meses, pero ello está condicionado a un cese completo de la violencia y a un compromiso mucho más tajante por parte de la Autoridad Palestina en la lucha contra el terrorismo', aseguró, a modo de respuesta, Sharon.

Tampoco ha llegado a la Administración palestina la ayuda internacional que los países árabes se comprometieron a dar a Arafat para soportar las sanciones de la Intifada. El acuerdo adoptado por las naciones hermanas en la cumbre de El Cairo y la conferencia islámica de Qatar del pasado mes de octubre, creando dos fondos para financiar la resistencia palestina, no ha servido para nada. En poco más de cuatro meses, sólo ha logrado juntar unos 50 millones de dólares (9.000 millones de pesetas), una cantidad ridícula muy lejos de los 1.000 millones de dólares que se prometió recaudar.

Sectores críticos al Gobierno de Arafat aseguran que este aparente fracaso de la operación de solidaridad decretada desde el mundo árabe esconde en realidad las reticencias de estos países con respecto a la Administración palestina, a la que acusan de corrupción y a la que prefieren no enviar las ayudas por temor a que no sean distribuidas inmediata y totalmente a los ciudadanos.

La financiación árabe a la Intifada y al pueblo palestino empezó a ser debatida y examinada ayer por un grupo de ministros de Exteriores árabes reunidos en Ammán. Los jefes de la diplomacia jordana, egipcia, marroquí, siria, libanesa y tunecina, entre otros, tratar de reactivar estos acuerdos y volverlos a plantear de manera más contundente en la próxima reunión de la Liga Árabe, a finales del próximo marzo en la capital jordana. Entonces, si no llega la ayuda internacional, a los funcionarios palestinos se les deberán tres mensualidades.

[El presidente del Gobierno español, José María Aznar, se entrevistará mañana en El Cairo con Arafat, según informaron anoche fuentes oficiales españolas recogidas por la agencia Efe. Ambos dirigentes coincidirán en la capital egipcia, donde Aznar realizará una visita oficial de dos días.]

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