La mancha tóxica de las Galápagos llega a las islas Isabela y Floreana

Agencias
Puerto Baquerizo Moreno -

Un ejército de voluntarios se ha desplazado a las islas Isabela y Floreana, del archipiélago de las Galápagos, para contener la mancha tóxica que amenaza a la fauna y flora de ese patrimonio natural de la humanidad. El vertido se formó tras encallar el buque petrolero Jessica, el pasado día 16, cerca de la isla de San Cristóbal, vertiendo al mar 600.000 litros de gasóleo y búnker (residuos del refinado del petróleo), el 65% de su carga.

Unos cuarenta expertos del parque nacional de las Galápagos y decenas de pescadores y voluntarios se han desplazado a Isabela, la mayor isla de e...

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Un ejército de voluntarios se ha desplazado a las islas Isabela y Floreana, del archipiélago de las Galápagos, para contener la mancha tóxica que amenaza a la fauna y flora de ese patrimonio natural de la humanidad. El vertido se formó tras encallar el buque petrolero Jessica, el pasado día 16, cerca de la isla de San Cristóbal, vertiendo al mar 600.000 litros de gasóleo y búnker (residuos del refinado del petróleo), el 65% de su carga.

Unos cuarenta expertos del parque nacional de las Galápagos y decenas de pescadores y voluntarios se han desplazado a Isabela, la mayor isla de ese archipiélago ecuatoriano, para recoger los grumos de carburante que pudieran llegar a las costas. Limpian además los residuos que chocaron contra varios islotes al sur de esa formación insular, que es el hábitat de flamencos originales de la zona y colonias de las famosas tortugas gigantes que dan el nombre al archipiélago.

La marea negra provocada por el barco, que en un principio afectó a San Cristóbal, Santa Fe y Santa Cruz, se ha dirigido, por capricho de los vientos y las corrientes marinas, a las islas Isabela y Floreana. En las tres primeras, los científicos, pescadores y voluntarios han logrado contener la contaminación y en las otras dos se apuran para que el fluido no contagie los manglares y refugios de especies naturales.

Cinco islotes, amenazados

El director del parque nacional de las Galápagos, Eliécer Cruz, ha confirmado que el carburante también amenaza con tocar otros cinco islotes de las islas de los Galápagos. Se trata de las islas Tortugas y Cuatro Hermanos, ubicadas al sureste de Isabela y habitadas mayoritariamente por aves marinas.

Se calcula que en la isla de Isabela, con 4.588 kilómetros cuadrados, y en la isla de San Fernandina viven unas 10.000 tortugas gigantes, aunque el responsable del parque aclaró que la zona a la que llegó el combustible 'está distante del lugar donde anidan estos animales', que dan su nombre a las islas de los Galápagos. El archipiélago está formado por 13 islas, 17 islotes y 40 cayos rocosos.

'Las tortugas gigantes están lejos de las costas; más exactamente, en el interior de las islas', precisó el director del parque nacional de las Galápagos, tras señalar que en Floreana fue hallada el sábado un ave 'envuelta en aceite', pero que los funcionarios del parque la limpiaron y la devolvieron a su hábitat.

Cruz añadió que tanto en Isabela como en Floreana, donde también conviven lobos marinos e iguanas, se realizan labores de vigilancia para determinar si hay más animales afectados. Según el funcionario, en las playas de Floreana han sido recuperados unos 420 galones (cerca de 2.000 litros) de carburante y se estima que quedan por recoger otros 600 (unos 3.000 litros).

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