TRASPLANTES

Los avances técnicos permiten usar órganos de donantes de más edad

Datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) revelan una estabilización en la donación de órganos en España durante el año 2000, en el que ha habido 15 donantes más que en 1999. El 20% de las familias de fallecidos aptos para la donación de órganos se niegan a la extracción, según la misma fuente. Pese a todo, en 1980 las donaciones permitían una media de ocho trasplantes por millón de habitantes, y el año pasado se hicieron 89 por millón.

'Del mismo modo que ahora podemos emplear órganos procedentes de personas de edades más avanzadas, para aprovechar un número mayor de donac...

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Datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) revelan una estabilización en la donación de órganos en España durante el año 2000, en el que ha habido 15 donantes más que en 1999. El 20% de las familias de fallecidos aptos para la donación de órganos se niegan a la extracción, según la misma fuente. Pese a todo, en 1980 las donaciones permitían una media de ocho trasplantes por millón de habitantes, y el año pasado se hicieron 89 por millón.

'Del mismo modo que ahora podemos emplear órganos procedentes de personas de edades más avanzadas, para aprovechar un número mayor de donaciones, también pueden ser sometidas a trasplantes personas de más de 60 años', afirma Grinyó. El momento de la donación 'es difícil y doloroso para las familias que han perdido un ser querido', piensa este especialista del servicio de Nefrología del hospital de Bellvitge de Barcelona, y a veces su respuesta está mediatizada por 'la percepción de la experiencia en el hospital'.

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El donante óptimo es una persona sana de menos de 40 años con muerte encefálica y corazón latente, fallecida accidentalmente o por malformaciones vasculares cerebrales. Como estas características se dan en pocos casos, se ha establecido la categoría de donante subóptimo, en la que se encuentran los donantes de más de 55 años, los que han sufrido parada cardiaca prolongada que logra remontarse, parada cardiaca definitiva, hipertensión, diabetes o infecciones.

Una alternativa técnicamente viable pero debatida por la comunidad científica por sus implicaciones éticas es la del donante vivo sano. En Estados Unidos, donde las tasas de donación son inferiores a 15 por millón de habitantes y año, más del 20% de los trasplantes de riñón y de segmento de hígado proceden de donantes vivos, preferentemente emparentados. Según los expertos, la extracción de órganos de donante vivo es una alternativa sólo para los casos en que no sea posible obtener un órgano de cadáver, porque vulnera el principio de la medicina primum non nocere (primero no dañar), ya que el donante debe someterse a una operación quirúrgica que puede ponerle en peligro.

Por ello las estrategias más aceptadas se dirigen a potenciar la donación de órganos de cadáver, especialmente en el grupo de población de más de 40 años. De hecho, en más del 40% de los trasplantes que se están realizando actualmente en España se emplean órganos procedentes de donantes que superan los 50 años.

Este fenómeno, como subraya Grinyó, va unido al envejecimiento progresivo de la población en los países desarrollados en los últimos 10 años. 'Se ha producido un incremento del número de personas que viven más años y con mejor calidad de vida', explica. 'Si estas personas necesitan un trasplante en la séptima década de la vida, actualmente pueden someterse a esta intervención y beneficiarse de órganos procedentes de donantes coetáneos'.

Cuanto mayor sea la edad del donante, mayor es el riesgo de rechazo crónico al año del injerto, aunque se han producido importantes avances gracias a los nuevos medicamentos inmunosupresores, más potentes y con menor toxicidad renal. El rechazo crónico sigue siendo, según Grinyó, el 'gran responsable' de los fracasos en el trasplante de órganos, habitualmente por 'nefropatía crónica'.

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