6.161 plazas ofrecidas por las universidades catalanas han quedado vacantes

Este año han quedado vacantes 6.161 plazas de primer curso de las 52.884 que ofrecían las 10 universidades catalanas, públicas y privadas, según los datos oficiales definitivos del Consejo Interuniversitario. Destacan las 2.376 de la Universitat Oberta (UOC), la apuesta virtual de la Generalitat, que tan sólo ha logrado cubrir el 58% de su oferta. Las privadas, a excepción de la Ramon Llull (URL), también tienen porcentajes bastante bajos. En cifras absolutas destacan las 1.345 vacantes de la Universidad de Barcelona (UB).

Desde el comienzo del curso se ha venido especulando con el núme...

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Este año han quedado vacantes 6.161 plazas de primer curso de las 52.884 que ofrecían las 10 universidades catalanas, públicas y privadas, según los datos oficiales definitivos del Consejo Interuniversitario. Destacan las 2.376 de la Universitat Oberta (UOC), la apuesta virtual de la Generalitat, que tan sólo ha logrado cubrir el 58% de su oferta. Las privadas, a excepción de la Ramon Llull (URL), también tienen porcentajes bastante bajos. En cifras absolutas destacan las 1.345 vacantes de la Universidad de Barcelona (UB).

Desde el comienzo del curso se ha venido especulando con el número de sillas vacías que la llegada de la generación del descenso demográfico ha dejado en el sistema universitario catalán. La cifra definitiva, 6.161, fijada por la Junta del Consejo Interuniversitario de Cataluña, pone en evidencia de nuevo la tentación de las universidades de maquillar sus resultados.

Pese al hecho indiscutible de que un buen número de estudios y disciplinas disponen de una oferta claramente excesiva y de que otras siguen sin satisfacer la demanda, a lo largo del curso 1999-2000 se realizaron 526 convocatorias a oposiciones de cuerpos docentes en las universidades públicas catalanas, y en un buen número de casos para asignaturas que tienen casi todos los números para entrar en el capítulo de desprogramaciones que ha propuesto el titular del Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información (DURSI), Andreu Mas-Colell.

La Universidad de Barcelona (UB) encabeza la lista con 278 convocatorias, seguida por la Universidad Politécnica (UPC) con 87, la Pompeu Fabra (UPF), 49; Rovira i Virgili (URV), 45; Girona (UdG), 33; Lleida (UdL), 26 y Autónoma de Barcelona (UAB), 18.

La UdL, por ejemplo, convocó y adjudicó durante el pasado curso tres plazas de profesor titular de Filología Inglesa, unos estudios que han ofrecido este año 80 plazas de primer curso, de las que 64 han quedado vacantes. La UB, pese a que ha reorganizado sus estudios de Filología, no ha podido resistir su pulsión por la Filología galaico-portuguesa, disciplina en la que se han matriculado este año dos alumnos, pero en la que la universidad creó igualmente una nueva plaza de titular.

El pasado lunes, el DURSI hizo pública la oferta de creación de plazas en estudios relacionados con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). También anunció que había hecho llegar a las universidades su propuesta de programación y desprogramación de estudios y las había emplazado a negociarla antes del 14 de febrero, fecha en la que está prevista una reunión del Consejo Interuniversitario en la que se hará pública la programación del próximo curso.

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En lo que respecta a las universidades privadas, la lectura de los datos de matriculación muestra a las claras que la única que parece alcanzar sus objetivos es la Ramon Llull (URL). La universidad de la Iglesia barcelonesa ha sabido combinar el prestigio de algunos de sus centros tradicionales con la oferta de estudios menos exigentes pero a los que se accede sin que cuente la nota de selectividad. Las otras dos universidades privadas, la Internacional (UIC) y la de Vic (UV), se mueven en porcentajes relativamente bajos, 66% y 76%, respectivamente, lo cual puede indicar futuros problemas de viabilidad.

Entre las públicas destaca el lleno de la UPC, cuya atractiva oferta tecnológica deberá competir en el futuro con otras universidades que han roto su monopolio. Algunas cifras son engañosas, como el caso de la UPF, que debe cargar con el fracaso de su centro adscrito en Mataró. Otras, como la UdL muestran que nació con una dimensión excesiva y que apostó por algunos estudios, como Derecho, que sólo han conseguido llenar este curso el 53% de las plazas a pesar de haber reducido la oferta casi a la mitad respecto al curso anterior.

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